En marcha para prevenir el suicidio

Begoña fue una de esas veinte personas que intentan quitarse la vida por cada una que lo logra, un total de Después de ocho días en la UCI, sin apenas recordar nada, despertó de aquel mal sueño.

«Pedí ayuda y no me escucharon», señala. Cuando confesó a una persona cercana: «Tengo ruidos en la cabeza», la única respuesta que encontró es que «quería llamar la atención».

Begoña no tenía ganas de vivir. Aborrecía el sol y no quería salir de casa. Arrastraba una depresión crónica que empezó con la muerte de su segunda hija, tras ser diagnosticada de una leucemia incurable, y se agudizó al perder a su marido en un accidente de tráfico en el que también murió su suegra y ella quedó en coma.

Fue poco después de conseguir traer al mundo, con ayuda de la reproducción asistida, a la tercera hija. Begoña quería llenar aquel vacío que le quedó. La niña tenía dos años cuando perdió al padre en el accidente mortal. «Mi hija se ha criado con una madre depresiva, es el dolor que llevo». Empezó con crisis de ansiedad y angustia. «Iba al médico y me daban una pastillina, me decían que me tranquilizara... Nada de ir a salud mental», explica.

Una médica con la que se ha encontrado al cabo del tiempo en Alfaem Salud Mental León fue la primera en derivar el caso de Begoña a los equipos de Salud Mental.

Cuando les dijo a sus amigas que iba al psiquiatra, relata, «dejaron de salir conmigo». Hace dos años, aquella niña convertida ya en mujer ha sido su baluarte para empezar a sonreír a la vida y soltar lastre. «Era domingo, me acercó hasta la sede de Alfaem Salud Mental y, mientras con una mano tapó el cartel, me dijo: Tienes que venir aquí».

Begoña tuvo tiempo de leer el cartel y «aquello me sonó a ir al manicomio». «Yo no estoy loca», le dijo a su hija. En casa, «terminamos llorando». Hizo caso a su hija y traspasó las puertas de Alfaem, y sus propias barreras mentales, para intentar otro camino. «Hablé con Mónica y me dieron quince días para que me lo pensara», recuerda. «Me presentaron a los compañeros y yo no veía compañeros, veía enemigos», confiesa. Fue una conversación con su psiquiatra, el doctor Uría, lo que «me dio el empujón», admite. Entró en el programa Sepad de Alfaem Salud Mental León. Un programa para promover la autonomía personal de las personas con problemas de salud mental.

El primer año «estuve muy mal. No me abría a la psicóloga. Ana me ayudó y me sigue ayudando aunque ahora la necesite menos», comenta. Begoña ahora sonríe a la vida, aunque la vida no le ha sonreído. «El otro día estaba con mi hija por Skipe y en la conversación me salió una carcajada. Y ella me dijo: Mamá, en los 28 años que tengo nunca te había visto reír así».

Begoña Amez, una superviviente del suicidio y de muchos golpes vitales —a todas las desgracias se sumó el embarazo complicado que tuvo a su hija mayor hospitalizada un mes— ha querido contar su historia con motivo del Día Mundial de la Salud Mental y mostrar a la sociedad leonesa que ahora está conectada a la vida.

«Mi mono se ha vacíado un poco. Ahora tengo ganas de arreglarme. De hacer cosas. Preparo comidas, soy comunicativa, me quieren... y no me falta nada. Aprende a vivir con los huecos de las pérdidas. Laura de la Torre, presidenta de Alfaem Salud Mental, subraya la importancia de que se visibilice el suicidio —la primera causa externa de muerte en España, con 3.679 fallecimientos en 2017 — que en León supone la muerte de casi medio centenar personas al año, el doble que por accidentes de tráfico. «Hace falta un protocolo del suicidio a nivel estatal y una actualización de los servicios de salud pública con especialistas y familias», añade. Acabar con los mitos, el estigma y la culpa para facilitar que las personas con ideaciones suicidas pidan ayuda es una de las propuestas de prevención de la Confederación de Salud Mental España.

«Las cifras aumentan año tras año y nos puede tocar a cualquiera», apunta Rosa Conde, gerente de Alfaem. Entre el 65% y el 95% de los casos de suicidio tienen relación con la salud mental, pero a veces ocurren como consecuencia de episodios vitales que las personas no son capaces de sobrellevar: rupturas sentimentales, desempleo, problemas familiares...

«Educar en la expresión de sentimientos», es otra de las estrategias de prevención. Personas que han tenido experiencias o intentos de suicidio han grabado un video con sus testimonios que lanzarán el próximo día 10 desde el Comité Pro-Salud Mental de León.

El domingo se celebra en La Candamia la II Marcha León Camina Por la Salud Mental de Alfaem, a la que ya se han inscrito cerca de 300 personas. Bajo el lema Conéctate a la vida , caminarán a lo largo de 6 kilómetros en una jornada reivindicativa y festiva que terminará con una gran chocolatada. La aportación de 6 euros servirá para apoyar proyectos de Alfaem en la provincia.