Diario de León

Gastronomía

Suiza pone la fondue en cuarentena

El plato genera en Suiza controversia por la costumbre de compartir tenedores en su ingesta, lo que podría facilitar el contagio del covid. El debate está servido

Publicado por
Antonio Paniagua
León

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Los suizos, que aman la fondue como el único y verdadero dios, están que trinan. No por el canto de los pájaros, sino porque hay quien quiere, aprovechando el lío del coronavirus, poner este plato en cuarentena. Resulta que el bando higienista ve en la costumbre de compartir tenedores una peligrosa vía de contagio del SARS-CoV-2. Ante semejante sacrilegio, los defensores de las tradiciones se alzan en armas. Y lo hacen, claro está, en las redes sociales, que es un escenario idóneo para montar la guerra por cualquier motivo. Fue la prensa la que levantó la liebre. ¿Es bueno comerse a pachas una fondue? ¿El queso derretido es capaz de abrasar el patógeno? ¿Hay que decretar un confinamiento perimetral en torno a la cazuela? Estas y otras preguntas fueron planteadas a los expertos que, casi por unanimidad, han absuelto a la fondue del título de agente supercontagiador.Didier Pittet, toda una autoridad en la prevención de la pandemia, ve en la receta del queso fundido un alimento inobjetable desde el punto de vista epidemiológico. Pittet, nacido en Ginebra, preside la comisión de evaluación de la gestión de la crisis del coronavirus en Francia. Considerado uno de los padres del gel hidroalcohólico, a Pittet no se la dan con queso. El experto ha sido taxativo. «No hay ningún peligro». A no ser que los comensales se chupen los dedos, no hay de qué preocuparse. Pero ya se sabe que cuando se lanza una maledicencia, no hay nada que la detenga. En Twitter se ha abierto un debate que amenaza con que la fondue haga bola en el estómago de más de uno. Un gracioso aboga por mantener las distancias y propone comer los trozos de pan con una caña de pescar, mientras que otro propone ir pertrechado con un buen arsenal de cubiertos, propios de la corte de Versalles. «Cada comensal utiliza dos tenedores y un cuchillo, problema resuelto. Un tenedor para coger el queso fondue, el cuchillo para esparcirlo en el pan y el otro tenedor para comerlo», sugiere un tuitero.

La Switzerland Cheese Marketing, organización que agrupa a los productores de queso suizo, la posibilidad de infectarse comiendo una fondue es tan remota como Marte. Para Christian Ruef, especialista en enfermedades infecciosas, el plato es tan inocuo como delicioso. Ya se trate de la modalidad clásica hecha con queso vacherin y gruyere o de otra más sofisticada, la degustación no entraña peligro. «El problema es que si están en una mesa varias personas juntas en un espacio reducido, estas hablan fuerte, ríen e incluso cantan. Son condiciones ideales para la transmisión del virus», explica. Es decir, si tiene que comer, hágalo en silencio. Demasiada tinta se ha gastado en esta polémica. «La venta del queso para la fondue aumentó un 10% desde principios de año. Lo cual demuestra que el confinamiento refuerza la convivencia en las familias y grupos de amigos», dice Arnaud Favre, presidente de Les Compagnon du Caquelon, una asociación de queseros.

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