Los primeros idealistas

«Entre las escasas ocasiones en que he pisado el suelo de una iglesia, recuerdo una, a los 16 años, que me ha marcado. Permanecí los tres cuartos de hora de la homilía con un cirio y los brazos en cruz para evitar que mis padres pagaran una multa de 500 pesetas de la época por haber votado sí a la República». Este retazo de la historia de un país dividido, doblegado por el ordeno y mando de algunos curas y caciques, brota de la memoria de Amancio Díez, un izquierdista de corazón rebelde que no ha olvidado la entrega, el sacrificio y la lucha por intentar que el significado de las palabras solidaridad e igualdad prendieran en el tejido social español. El episodio ocurrió hace 65 años en la localidad de Manzaneda de Torío y marcó a fuego a su protagonista, que decidió con mayor fuerza rebelarse contra las injusticias que jalonaban el panorama del país. «Estuve siempre de parte del débil -comenta-, y lamento que, tras una vida de un fuerte sentimiento de izquierdas, queden tan pocos luchadores». Amancio Díez fue una de las 27 personas homenajeadas ayer por Izquierda Unida, que constituyen «los pilares, la savia del partido», reconoce la responsable de Organización, Yolanda González y el coordinador provincial, Germán Fernández. La comida de reconocimiento hacia la labor de los militantes más antiguos de León desafió el duelo España-Irlanda que se retransmitía por televisión, pero evocó otras confrontaciones. Los asistentes han conocido la clandestinidad, la represión carcelaria y las viejas leyendas que atribuían a los comunistas una cola de diablo. Un cuento que hoy les provoca risa. Sus corazones sólo decaen al contemplar que la izquierda fue barrida en Francia y que en España no ha encontrado su camino para subir peldaños en el Congreso. «Es doloroso ver el panorama político actual -se queja Díez-. Quedan pocos luchadores. Predominan los estómagos llenos a los idealistas». Filomena Lago, la veterana de 90 años de Izquierda Unida no pudo desplazarse hasta León por sus achaques, pero su historia de amistad junto a la Pasionaria y sus periplos por los hospitales unieron en una misma conversación a los comensales.