Diario de León

Javier Monjas A LA ÚLTIMA

Riqueza y pobreza de fieles e infieles

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En Marbella, Fahd dilapida la inmensa fortuna con la que, Alá mediante, le pagamos a la fuerza los forzados precios de su petróleo. En Zimbabwe, Mugabe expulsa a los granjeros blancos del país en el peor y más desastroso caso de racismo en masa de las últimas décadas. En Marbella, Fahd y los suyos se les da aparentemente una higa todo el subdesarrollo de los países hermanos musulmanes. Estos, a su vez, echarán la culpa al occidente cristiano de tal subdesarrollo. Al final, el infiel Occidente cristiano tiene que aflojar los millones porque es el responsable sin ir más lejos de la miseria marroquí, que no, al parecer, de la satrapía escandalosa de su explotador rey, quien también sufre la pesada carga de sus inmensas riquezas, igualmente por designio directo de Alá, carga de la que libra voluntariamente a su pueblo. El rey Fahd sólo suelta dinero para financiar a escondidas a los valientes guerrilleros que tratan de convertir al infiel, artera bomba o autoinmulación mediantes, y luego da a las familias del triturado un dinerillo como agradecimiento por los servicios prestados. En Zimbabwe, hasta la propia mujer de Mugabe se ha unido a los caóticos grupos de negros que arrasan y toman para sí las bien gestionadas tierras de los blancos (que llevan allí varias generaciones) mientras la ONU ya pide 285 millones de dólares de urgencia para intentar detener lo que ha denomindado como «la inminente crisis alimentaria más importante de los últimos 50 años», 285 kilos que adivinen quién los va a pagar, sí, nosotros, los infieles blancos. Yo creo que Occidente es responsable. Es responsable de permitir que un absurdo criminal lleve al hambre a decenas de millones de personas sólo por sus enloquecidas ambiciones de poder mezcladas con su oportunista odio racista a los blancos. Yo creo que Occidente es responsable. Es responsable de permitir que un país financie a quienes sólo tienen como objetivo destruirnos y encima su familia gobernante derroche ofensivamente el dinero que luego vamos a tener que pagar nosotros -usted, yo, con nuestros impuestos- en ayudas de urgencia a los suyos, a sus hermanos en la fe, nosotros, los infieles paganos del dinero. Y encima tendremos que escuchar as que las caras prostitutas rubias con que está premiado pertenecer a la fe verdadera.

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