Dos vías de escape
Entre lo onírico y lo real
La Ruta de las Cárcavas y la Vía verde a orillas del río Tuerto, en Valderrey, confrontan a los senderistas con un paisaje donde la riqueza geológica, histórica y cultural cobran ahora un nuevo sentido gracias a la puesta en valor que han hecho desde el Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Valderrey, a través de la concejalía de Medio Ambiente ha puesto en valor la Ruta de las Cárcavas y la Vía verde a orillas del río Tuerto con la ayuda del ornitólogo leonés José Alberto Fernández, entre otros especialistas.
Dos nuevas rutas puestas en valor en una apuesta decidida por el turismo natural, de calidad y sostenible. Es desde hace tiempo uno de los grandes objetivos del Ayuntamiento de Valderrey, a través de la concejalía de Medio Ambiente, y ahora ya pueden disfrutarse varias de ellas totalmente señalizadas. Las dos últimas en sumarse son la Ruta de las Cárcavas y la Vía verde a orillas del río Tuerto.
La de las Cárcavas da respuesta a una necesidad imperiosa; disfrutar de las vistas y de las maravillas que esconden las Torcas de Barrientos. La ruta tiene un total de 6,7 kilómetros, clasificándose como de dificultad moderada. «Hablamos de una zona de gran riqueza histórico-cultural y paisajística aunque su valor geológico no es menor, ya que es la consecuencia de su origen en el cenozoico esa composición por tesos embellecidos por ‘torcas’ que desvelan el paso del tiempo donde se pueden apreciar diferentes bolsas de cantos rodados, capas de arcilla, conglomerados rojizos... conformando todo ello un paraje natural inigualable», señala Noelia Rodríguez, concejala de Medio Ambiente. La ruta comienza cercana al paso a nivel de Barrientos, donde un panel informativo explicará todo lo necesario que se debe saber antes de comenzar la ruta y que se va sumergiendo, entre campos de regadío, por pequeñas zonas que van rodeando a los tesos del monte.
La ruta continúa bordeando todas las torcas «llevándonos a una gran explanada donde podemos disfrutar de un maravilloso mirador con uno de los bancos más bonitos de la provincia; el de las Torcas de Barrientos. Este mirador tiene la característica de que mirando a través de él o sentándose en tu banco, tienes la sensación de que se para el tiempo y te sientes totalmente pleno, en la cima de estas grandes torcas. La ruta continua marcada por diversas balizas de seguimiento hasta indicarte la bajada de nuevo al pueblo».
En cuanto a la vía verde a las orillas del Tuerto, el recorrido sumerge en un frondoso bosque de ribera. El paseo, situado a los pies de Barrientos y Carral, tiene una longitud de 1,2 kilómetros y está indicado para que lo realicen personas diariamente, cualquier tipo de edad, en un paisaje llano, sin cuestas y sin complicaciones. «Se puede disfrutar de las características de estos bosques, caracterizados por desarrollarse en los bordes de los cursos del agua y mantener la humedad del suelo durante diferentes épocas del año, causando un efecto importante en el control del microclima de los ríos y arroyos y siendo esenciales en el saneamiento ambiental y el mantenimiento de la calidad del agua de los ríos. El río Tuerto, que pasa por nuestro municipio en los términos de Castrillo, Carral y Barrientos».
Asimismo «destacamos las cuatro cajas nido instaladas en el paseo, dirigidas a pájaros que utilicen los huecos de los árboles para criar. Los árboles jóvenes no suelen disponer de estas oquedades por lo que es un factor limitante para la presencia de pequeñas aves insectívoras como petirrojos, carboneros, herrerillos, etc. Las aves que ocupan las cajas nido actúan como controladores biológicos de las plagas, sobre todo en época de cría ya que alimentar a los pollos conlleva una gran recolección de alimento en forma de larvas, mariposas, escarabajos, etc. Las aves además de para criar utilizan las cajas también para dormir sobre todo en invierno, cuando las condiciones son más duras», remarca la edil.
«Recuperar y poner en valor zonas naturales tan importantes en nuestro entorno, forman parte de un proyecto precioso, ilusionante, cargado de emoción, de esfuerzo y de implicación. Hemos tenido la suerte de contar con decenas de personas que han participado en todo ello, en la recopilación de información, diseño de rutas, visiones profesionales desde el punto de vista de la ornitología, la historia o la naturaleza y anécdotas, recuerdos e información de muchos vecinos que la han querido compartir con todos. Eso es lo que lo hace aún más bonito, contar con la sabiduría de tantas personas que han querido colaborar en algo tan importante y que quedará para siempre. Y esto es lo que somos, no es algo nuestro, es de la gente, de toda la gente que durante los años lo ha conservado, lo ha querido, cuidado, protegido y que ahora es momento de compartirlo, de una manera más oficial, con toda la gente que así lo desee», finaliza Rodríguez.