Diario de León

Pagus, la unión de tres países a partir de la pasta y la carne a la parrilla, en León

El proyecto nació en Calabria y, desde allí, Antón, Ana y Leonardo pusieron rumbo a la provincia para abrir su restaurante

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En términos efectivos, es una multinacional. En términos prácticos, un proyecto familiar de hostelería con resultados positivos en tres países, y cimentado en la venta de platos de pasta y carne a la parrilla.

La aventura de Pagus nace hace diecisiete años en la región italiana de Calabria. Para que nos hagamos una idea, en la punta geográfica de ese país que tiene forma de bota, entre el Tirreno y el Jónico, y, vista en el mapa, justo antes de Sicilia, la isla más poblada de todo el Mediterráneo.

Allí arrancaba, según recuerda Antón Shantyr, natural de la república del Kirguistán, un proyecto que ha tenido continuidad, y que desarrolla junto a su hermana Ana y su cuñado Leonardo. Tras él, pusieron en marcha, en León, pero también en Madrid y en Albania.

«Abrimos en el centro de León en 2018. Lo hicimos porque yo cursé aquí la carrera y cuando terminé de estudiar, decidimos probar suerte», explica. Si bien, parafraseando a Thomas Jefferson, cuanto más duro se trabaja, más suerte se suele tener.

El negocio iba viento en popa, en particular gracias a platos de singular elaboración, como su carbonara, emplatada según la receta tradicional, con huevos y embutidos, o la pasta al pesto o con trufa, o carnes a la brasa. «Contamos con clientes que comen por 18-20 euros, otros que gastan bastante más, pero el público es ciertamente variado, por la situación geográfica del negocio —en la Calle Villa Benavente-», añade.

También en Madrid

En 2019 decidieron abrir otro local en la madrileña calle de Padilla. Y llegó la pandemia. «Hizo muchísimo daño, y, de hecho, yo diría que un 95 por ciento de los proyectos hosteleros acabaron cerrando el 2020 con pérdidas en sus cuentas».

Y ¿qué ha supuesto para una iniciativa con aspiraciones de expansión como ésta? Fundamentalmente, un replanteamiento de la estrategia prevista, aunque en este momento, superado ya el impacto del COVID-19, sigue planteándose abrir nuevos negocios.

«Nunca se contó con nosotros en las decisiones que afectaban a la hostelería durante la pandemia», lamenta Antón, quien añade que «parecía que nosotros éramos los mayores enemigos, y que la gente sólo se podía contagiar en los bares y restaurantes». Sin embargo, el sector supo reinventarse y hacer de la necesidad virtud. Fue su caso: «cuando, en mayo de 2020, se eliminó la restricción que impedía dar paseos o acudir a por comida a un restaurante, decidimos mirar hacia adelante y fuimos de los primeros restaurantes de León en abrir para llevar comida». Ese planteamiento del take away, que entonces tuvo mucha aceptación, hoy perdura en Pagus León.

En esta empresa familiar, como recuerda Antón, todos tienen algo que aportar. Él es economista, pero el resto de los socios tienen formación y conocimientos en Derecho, Marketing o Contabilidad. «Un tándem perfecto», bromea al respecto.

Iberaval sale a escena

Los propietarios de Pagus acudieron a Iberaval para afrontar las obras de apertura de su sede en Madrid. Y, para ello, contó con el equipo de la sociedad de garantía en León. «Presentamos la operación para obtener valoraciones por parte de diferentes bancos y estuvimos esperando hasta cinco meses sin obtener respuesta, cuando acudimos a Iberaval, analizaron la operación y estaba aprobada en tres días», recuerda.

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