El ciclo alcista del ladrillo se desacelera
El encarecimiento de las hipotecas deja fuera del mercado a potenciales compradores y las empresas optan por «la prudencia»
El encarecimiento de las hipotecas ralentiza la recuperación que el mercado inmobiliario mostraba en los últimos años. FERNANDO OTERO
Después de ocho años de recuperación del mercado inmobiliario, y tras haber superado también la crisis de la pandemia, con la vuelta a la actividad y los incrementos de precios el año pasado, la venta de viviendas se ralentiza. El incremento de los tipos de interés y la sucesión de meses con una inflación muy alta han hecho mella en los ahorros de los compradores. Que se ven también perjudicados por el endurecimiento de las condiciones de financiación que está llevando a cabo la banca, como medida de precaución ante los vaivenes que sacuden de nuevo el entorno financiero.
Aún así, la demanda de vivienda se mantiene fuerte, y la crisis tras la guerra de Ucrania y el encarecimiento energético no parece afectar al mercado laboral. Todas estas circunstancias dibujan un escenario en el que para los próximos meses se espera una desaceleración del mercado inmobiliario, pero no un desplome de los precios. Aunque ya se negocian los precios a la baja, en vivienda usada, ante el temor de los vendedores a un deterioro del mercado. En cuanto a la vivienda nueva, las obras siguen iniciándose, y los precios son mucho más estables porque prácticamente todo lo que se construye se hace bajo demanda.
En el caso de León el presidente de la Asociación Leonesa de Edificación y Obra Pública (Aleop), Juan María Vallejo, reconoce que esta desaceleración es «la consecuencia lógica del encarecimiento de las hipotecas»; aunque considera que el mercado del sector «no ha visto aún la cara de la crisis». En todo lugar es evidente que las compras se ralentizan, «desde luego a nivel nacional, porque son tiempos convulsos. Y es una situación que afecta también a León».
Lo que se traduce en que los nuevos proyectos toman más precauciones a la hora de ver la luz. «Como empresas somos prudentes. No quiere decir que exista temor, ni que se olviden las iniciativas que están en marcha, pero desde luego hay que ser más prudentes».
En números, el precio de la vivienda subió el año pasado en León un 2,8%, lo que deja a León entre las 15 provincias del país con precios de venta por debajo de los 1.000 euros el metro cuadrado. En concreto, casi 874 euros. Las transmisiones de viviendas bajaron en el conjunto del país en 2022 un 10%, mientras que en León el descenso se contuvo más, y el descenso se quedó en el 6,4%.
Los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana señalan que los visados para la realización de obra nueva se recuperaron el año pasado, después del parón vivido con la pandemia. Se registraron 1.054 autorizaciones, con lo que se recuperó el nivel de 2019, tras caer a 755 en 2020 y a 851 en 2021.
También parece que remite el tirón de las viviendas unifamiliares, que se quedaron en 175, después de superar las 200 en los años anteriores. En cambio crece con fuerza la construcción de bloques, con 563 que recibieron el visado de obra nueva el año pasado en la provincia (muy por encima incluso de los niveles de 2019 y 2018).
Por lo que se refiere a los certificados de fin de obra, el año pasado el ministerio registró 639 en la provincia.
Freno en la recuperación
El conjunto de circunstancias económicas que frena ahora la creciente recuperación del sector de la vivienda en los últimos años incide directamente en la aportación de la construcción al Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la construcción aporta a día de hoy (es un dato con los efectos de la parálisis del covid aún recientes) un 5,4% de la economía provincial. En 2020, 504 millones de euros.
La construcción fue una de las actividades más afectadas por la pandemia, y por los efectos posteriores en la recuperación de la actividad. De hecho antes de la llegada del covid el sector se había recuperado hasta aportar más de 580 millones de euros anuales a la producción económica provincial.
En términos de empleo la contracción de la aportación inmobiliaria a la riqueza leonesa queda más que patente. En 2007, justo antes de que estallase la crisis financiera que se originó en la construcción, esta actividad daba empleo en la provincia a 26.700 trabajadores. En el año de la pandemia el dinamismo del sector se redujo, aunque aún empleaba a 11.300 personas.