Diario de León

Evaluadores cognitivos: los ojos que se centran en la realidad que no vemos

Adaptar los espacios públicos a las distintas necesidades y realidades y necesidades de las personas. «Señales, carteles e indicaciones claras y comprensibles para todo el mundo», explican los evaluadores de Asprona León.

Graciela Honrado, Jorge Marcos y Mamen Robles. J. NOTARIO

Graciela Honrado, Jorge Marcos y Mamen Robles. J. NOTARIO

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«¿Sabrías llegar a un punto concreto de una ciudad que no conoces? Así es como ven la ciudad con una señalización mala y sin tener en cuenta las necesidades especiales las personas que están con  nosotros», dice la dinamizadora de Asprona León , Graciela Honrado. Los evaluadores cognitivos buscan validar los espacios y las indicaciones que están a disposición de la población. Jorge Marcos forma parte del equipo de evaluadores cognitivos de la asociación. «Es importante trabajar en este aspecto. La accesibilidad cognitiva no solo afecta a las personas con discapacidad, también a cualquier persona», explica Jorge. 

La importancia de la adaptación cognitiva de los espacios es aún una tarea pendiente. En los últimos años se ha avanzado en la accesibilidad física de las personas con capacidades diferentes. La población se suele olvidar de que la accesibilidad no se resume en la física. La cartelería, la señalética, los colores o el tamaño de la letra son aspectos que no se suelen tener en cuenta, pero que son imprescindibles para llegar al ayuntamiento, renovar el DNI o ver una exposición.

Asprona León trabaja con dos grupos de evaluadores desde  2018. «Están formados por personas con movilidad reducida, problemas de audición o vista, Asperger y demás. Ellos realizan una evaluación completa», explica la coordinadora de comunicación y accesibilidad de Asprona León, Mamen Robles.

Empresas privadas
Estos espacios no piden ayuda para la evaluación y no consiguen cumplir con estas necesidades

Jorge Marcos forma parte de estos grupos. Tiene un gran manejo con las tecnologías. «Tengo móvil, tablet y redes sociales. Me gustan mucho. Me fijo mucho en la accesibilidad tecnológica», explica. Este programa también se fija en la validación de aplicaciones para que sean accesible para cualquier persona. «La accesibilidad cognitiva es un derecho y muchas veces se nos olvida que no todas las personas lo tienen», explica Mamen.

«En nuestro día a día no nos fijamos en si una señal es suficientemente clara o si sabríamos llegar a algún sitio si tuviéramos que guiarnos por ellas. Solo te das cuenta de que muchas veces no es accesible cuando te toca de cerca vivir esa realidad», destaca la coordinadora. «Es importante ponernos en la piel de los otros y percibir otras realidades que no son las nuestras para darnos cuenta de que el mundo no es inclusivo», recalca Graciela.

Jorge junto a las responsables del proyecto, Mamen y Graciela, leyendo un manual de economía adaptado con su programa de lectura fácil. J. NOTARIO

Jorge junto a las responsables del proyecto, Mamen y Graciela, leyendo un manual de economía adaptado con su programa de lectura fácil. J. NOTARIO

En las validaciones cognitivas que realizan las responsables del proyecto acompañan a los evaluadores. «Ellos opinan sobre las cosas que perciben. A través de unas pautas vamos elaborando el informe con lo que nos van diciendo», explica Graciela. «Muchas veces nosotros no nos fijamos es este tipo de cosas porque no nos afectan directamente. Por eso es muy importante que las personas que realmente viven este tipo de discriminación nos den su opinión», afirma Mamen. «Tenemos que tener en cuenta también ciertos aspectos en cuanto a la señalización y la cartelería de los espacios. No podemos sobrecargar, y fijarnos también en los colores. Los dibujos tienen que ser claros y estar acompañados de texto, en caso de ser necesario», dice la coordinadora. «Las evaluaciones son completas, por lo tanto se tienen en cuenta todas las realidades. Las personas con Asperger o autismo son más sensibles a estos estímulos y es algo que debemos tener en cuenta», cuenta Mamen.

«Prestamos atención a cómo llegar al lugar, la dificultad, la facilidad, a los carteles y señales», cuenta Jorge. «Hace unos años evaluamos la accesibiliad al Ayuntamiento. Fuimos desde Guzmán para ver si podíamos llegar con las señales», explica, «y había cosas que mejorar». 

 Jorge Marcos comenzó en 2018 a trabajar como evaluador cognitivo, cuando nació el proyecto en Asprona León. «Mis compañeros y yo recibimos una formación  específica. Vinieron un grupo de Madrid y nos explicaron todo durante dos tardes», dice.

Una labor para todos
La accesibilidad cognitiva afecta a  cualquier persona, no solo a las que tienen una discapacidad

A través del Centro Español de Accesibilidad Cognitiva se regula todo el trabajo. «Las personas tienen este derecho y tenemos que trabajar sobre él para que se cumpla de manera real», explican ambas responsables.

En León han trabajado con agentes como el Ayuntamiento, el Musac, entidades bancarias e incluso iban a realizar una evaluación cognitiva del Hospital Universitario de León, «pero llegó la pandemia y tuvimos que parar este proyecto. Ahora queremos volver a retomarlo porque creemos que es muy necesario», explica Mamen.

Las evaluaciones coginitivas y la lectura fácil no solo incumben a las personas con diversidad funcional. «Estas revisiones que realizamos mejoran la vida de todos los colectivos. Ancianos, extranjeros, etc.», recalca Jorge en cuanto a la labor que hace.

«La lectura fácil es otro aspecto que trabajamos. Mientras que la validación cognitiva es algo global, la lectura fácil se centra en los textos y en la manera de expresar las cosas, así como la maquetación o las ilustraciones», detalla Graciela. El objetivo es adaptar los textos a las personas con diversidad funcional. Actualmente están trabajando con el Museo de Arte Contemporáneo de León. «Ellos nos mandan los programas que diseñan para el público y, a través de los equipos de evaluadores que tenemos, los revisamos y debatimos qué cosas se deberían cambiar y qué cosas se pueden mejorar», explica la dinamizadora de la entidad. Las empresas privadas todavía no les han solicitado ayuda, por lo que «todavía queda mucho por avanzar», recalcan las responsables del proyecto. 

Antes de la crisis sanitaria de la Covid-19 trabajaban mucho la lectura fácil. «Muchas entidades nos pedían ayuda en este aspecto. Hicimos guías económicas o trabajamos en el ámbito legal», cuenta Graciela. «Con la pandemia se frenaron todos los proyectos que teníamos sobre lectura fácil y accesibilidad cognitiva y nos centramos en la accesibilidad tecnológica de nuestros chicos. Ahora están volviendo a aparecer estas oportunidades», explica. «Son ámbitos que nos influyen a todos y que, con un una revisión de lectura fácil. Podrían ayudarnos a cualquier persona, no solo a los que tengan alguna discapacidad», recalca.

Evaluación de un colegio electoral en mayo. J. NOTARIO

Evaluación de un colegio electoral en mayo. J. NOTARIO

Bibliotecas con el sello de lectura fácil

La importancia de tener a disposición pública libros que cumplan con las características de la lectura fácil es esencial para algunas entidades sociales.  La lectura fácil es la adaptación que permite una lectura y una comprensión más sencilla de un contenido. No solo abarca el texto, sino también se refiere a las ilustraciones y la maquetación.

«La Biblioteca Pública de León cuenta con un espacio en donde se pueden encontrar libros que cumplen con estos requisitos», explica la coordinadora de comunicación y accesibilidad, Mamen Robles. «Aun así, es un porcentaje ínfimamente pequeño en comparación con los libros que no tienen este sello», recalca.  Es necesario que las instituciones públicas tengan espacios con este tipo de lecturas para las personas que así lo necesiten. Desde Asprona León reclaman más libros que cumplan con los parámetros de lectura fácil. «Es necesario seguir trabajando en este tema para que estos espacios sean mayores y más accesibles para todos», sentencia Graciela Honrado, dinamizadora de Asprona León.

Accesibilidad cognitiva en las elecciones

En el año 2019 la Ley Orgánica de modificación de la Ley del Régimen Electoral General permitió a todas las personas con discapacidad, sin exclusiones, ejercer su derecho a voto. En ese momento percibieron que los colegios electorales no estaban adaptados para todo el mundo. Este grupo de evaluadores acudió a un centro para comprobar las condiciones en las que podrían ejercer su derecho, sin necesidad de un apoyo extra. 

«En esa ocasión hicimos un simulacro de elecciones en uno de nuestros centros porque era la primera vez que podían votar», cuentan las responsables. «Es algo necesario. Nadie tiene todos los conocimientos la primera vez y nosotras estamos aquí para apoyarles en lo que necesiten, pero el objetivo es que sean lo más independientes posibles», recalcan.

Desde las elecciones generales de 2019 han realizado la validación cognitiva en tres centros de la capital leonesa. La delegación de trabajo y el instituto de la Palomera. El último fue el instituto Juan del Encina en las pasadas elecciones municipales. «En las instalaciones hacían falta algunos carteles de señalización para saber qué hacer al votar por primera vez o las instrucciones de los pasos a seguir en el proceso», explica el evaluador Jorge Marcos. En esa ocasión trabajaron con cartelería específica para las elecciones, «en las que se encontraba información de cómo usar la cabina, a través de dibujos y texto; flechas de entrada y salida, el horario o cómo enseñar el DNI en la mesa electoral», cuenta Mamen. «Esta acción que es tan simple ayudó a muchas personas y debemos seguir trabajando en ello», concluye.

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