Una estrella Michelin en la Navidad del comedor social
Cocido marinero para el invierno de León. El comedor social de la Asociación Leonesa de Caridad (Asleca) brilló ayer con la estrella Michelin de Juanjo Losada, el chef del restaurante Pablo, que dedicó la mañana y parte de la tarde anterior a elaborar un menú para el centenar de personas que comen allí.
La Asociación Leonesa de Caridad tiene 117 años, dos medallas de oro —la de la ciudad y la de la Cruz Roja— y desde ayer el brillo de la estrella Michelin del restaurante Pablo. Su chef, Juanjo Losada, del restaurante Pablo galardonado con una estrella Michelin y dos soles Repsol, se puso ayer al frente de los fogones de la cocina más económica de León.
Cien raciones de un cocido marinero, caldo vegetal —apto para dietas que tienen restringidas determinadas carnes por religión—, filetes de pollo con guarnición de verduras y de postre, frutos del bosque con cremoso de chocolate blanco y unos peta zetas «para dar un poco de alegría al plato».
Comida de cuchara y autor, con un guiño a Carlós Cidón, como comentó Losada a los usuarios del comedor al explicarles que los garbanzos estaban cocidos con gambas al estilo del añorado maestro.
El chef tuvo como ayudantes a su jefa de sala y compañera, Yolanda Rojo, y al voluntariado y la cocinera del comedor social. No hubo que hacer compras especiales para un menú tan exclusivo. Todos los ingredientes salieron de la despensa de la Asociación Leonesa de Caridad, en gran medida procedentes de las donaciones.
«Animo a la gente de León a que siga haciendo esas donaciones, tanto de supermercados como de gente particular que se acercan aquí, que luego ayudan a que estas personas puedan comer, desayunar y comer aquí todos los días del año», señaló el chef.
El chef Juanjo Losada revolucionó ayer el comedor social, tuvo como pinche a un profesor leonés de la Universidad de Salamanca, a su jefa de sala, Yolanda Rojo, pendiente de todos los detalles y al alcalde José Antonio Diez y la concejala Vera López como ‘voluntariado’ de servicio. RAMIRO
El ingrediente principal fue la solidaridad y las ganas de poner el foco sobre la labor que desarrolla la Asociación Leonesa de Caridad a los pies de la Catedral. «Son nuestros vecinos y queremos concienciar de que todo el mundo puede colaborar cualquier día del año y se puede enterar de cómo funciona».
El profesor jubilado de la Universidad de Salamanca, el leonés Marcello Barriada, hizo de pinche de cocina. «No tengo familia y aunque tengo mil invitaciones, prefiero hacer el bien desinteresadamente».
En el comedor, señaló, «ves a la persona marginada, en paro, emigrante, al alcohólico o al lumpen como un ser humano. Hay que valorar a quién está a veces en el escalafón más bajo», señaló el voluntario, orgulloso de colaborar,
El mensaje de Juanjo
«Son nuestros vecinos y queremos concienciar de que todo el mundo puede colaborar cualquier día»
Marcello destacó que hay tres pilares en esta misión, la institución con arraigo desde 1906, las Hijas de la Caridad que siguen al frente desde los puestos más humildes, como la portería o la entrega de las llaves para las taquillas y el gel hidroalcohólico que se usa para la desinfección de manos antes de entrar hasta la dirección de la casa, con sor Isabel con sor María Martínez como mano derecha.
El voluntariado, medio centenar de personas en su mayoría mujeres, son el tercer pilar, Mujeres octogenarias como Lola, que es de las que acuden asiduamente pensando también en el beneficio de salir de casa.
Yolanda Rojo, jefa de sala del restaurante Pablo, se mostró «muy orgullosa» de que el chef haya cocinado el menú para las personas más necesitadas de León. «León se volcó con nosotros en la época de la pandemia y queremos devolver todo lo que nos dieron». También destacó la labor del comedor social: «Es muy necesario, dan de comer a gente que lo necesita».
«Son personas que no tienen lo que tiene la mayoría de las familias y este día es una ocasión de romper la dinámica habitual y darle una categoría al comedor con un cocinero de prestigio», señaló sor María Martínez, confiada en que la visibilidad sirva para que los leoneses se animen a colaborar con la entidad con más entusiasmo, como el que palpan en los comedores sociales de Asturias y Galicia que también gestionan.
El usuario Jorge Prieto alabó el menú. RAMIRO.
A las 12.30 horas la cola para entrar en el comedor ya era larga. «Está muy bien que venga un cocinero de renombre, pero mejor sería que alguno viniera a servir», decía uno de los comensales sin saber que el alcalde de León, José Antonio Diez, y la concejala de Bienestar Social, Vera López, también se habían puesto el mandil. «Ah, muy bien. Pero de más arriba aún tenían que venir», dijo el hombre.
Jorge Prieto Gil hace veinte años que come en este centro social. «Es muy importante tener dos platos calientes a un precio módico», señala valorando este el espacio como «una zona apartada donde comes bien y descansas de otras actividades». «Ojalá no tuviera que existir», dijo Pedro, otro veterano que pidió retratarse con el chef.
El presidente de la Asociación Leonesa de Caridad, Félix Llorente, destacó que la iniciativa solidaria da proyección a la labor social del comedor y agradeció la implicación de Juanjo Losada y Yolanda Rojo. No es la primera vez que la pareja aporta su buen hacer a la obra. Hace años, el chef preparó la lentejada para Nochevieja que se vendió a favor de Asleca. Tampoco será la última. En el despacho, el tesorero, Constancio García Paramio, cuadraba las cuentas siempre difíciles de ajustar cuando los gastos crecen y los ingresos merman.