León ve en la ‘Ley Sara’ una garantía para las cirugías estéticas

Cada especialidad a lo suyo. Una nueva orden limita la autorización de clínicas y la realización de procedimientos de cirugía estética a aquellos profesionales que estén acreditados con una especialización específica dentro de su programa de formación. La conocida como ‘Ley Sara’ es una orden ministerial que está en vigor desde el 21 de septiembre en la que se especifica que los cirujanos sólo podrán llevar a cabo intervenciones que estén directamente relacionadas con su especialidad médica, es decir, que sólo podrán hacer cirugías estéticas y reparadoras los médicos con la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora u otras especialidades que incluyan competencias en cirugía estética en su programa formativo y sólo de su especialidad. Cirujanos en maxilofacial, otorrinos u oftalmólogos, por ejemplo, están fuera de esta prohibición y podrán hacer operaciones relacionadas con su especialidad.

Francisco de Asís Alzaga, especialista de León en Cirugía Plástica Reconstructiva, califica de «muy importante» el nuevo articulado de la Ley. «Es un campo que se desconoce hasta que ocurre una desgracia. Nuestra especialidad lleva luchando contra el intrusismo muchos años. La orden se refiere a la cirugía estética, pero no deja muy claro todo lo referente a los tratamientos estéticos, pero es muy contundente con los quirúrgicos. Es una ampliación de la Ley que pretende luchar contra el intrusismo profesional y es una garantía para los usuarios. Ahora no ocurre, pero hace años había gente que operaba en pisos. Todo ha cambiado mucho».

En la provincia de León hay trece clínicas registradas como centros sanitarios. El servicio territorial de Sanidad de León realiza una inspección inicial cuando se solicita la licencia de apertura «o cuando se presenta una denuncia», destacan fuentes oficiales, que aseguran que no tienen nuevas instrucciones para modificar el protocolo de inspección actual.

Rubén Álvarez, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, defiende este nuevo paso en la ley «para proteger la vulnerabilidad de las personas» que acuden a clínicas privadas y son atendidos por médicos que no son especialistas. «Se anuncian como cirujanos estéticos faciales y eso título no existe en España. Muchos médicos juegan con esa nomenclatura. En León hay muchas clínicas de medicina estética, pero sólo tres cirujanos plásticos en la sanidad privada, además de otras especialidades que también tienen la formación adecuada».

El leonés Pablo Casas es otorrinolaringólogo y especialista en cirugía plástica facial. «La orden no afecta a la cirugía plástica facial que hacemos los otorrinos. Afecta más a los médicos generales que hacían cirugías plásticas, pero no tenían una formación específica. Un traumatólogo, por ejemplo, no pueda hacer un aumento de pecho. Antes de esta orden no estaba muy claro y había médicos que hacían intervenciones casi de manera furtiva. En definitiva, limita a cada uno para lo que está acreditado en su especialidad y no un médico con una titulación no homologada que pueda hacer un curso o un máster y luego practica una liposucción».

Paz Artigues, especialista en León en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, asegura que la ley ayuda a «evitar el intrusismo tan grande» que hay y protege a los clientes «de centros que traen a médicos que no tienen una formación homologada. Para ser cirujano hay que tener una especialidad».

En España se realizan 204.000 intervenciones de Cirugía Estética al año «y eso atrae a muchas empresas que quieren parte del pastel, aunque no tengan la especialización adecuada», aseguran. La ley se llama Sara por una mujer que perdió la vida tras someterse a una intervención en un centro de estética que no contaba con las garantías necesarias.

No están de acuerdo

La Unión Profesional de Médicos y Cirujanos Estéticos de España anuncia recurso a la orden. Jesús García Corcobado destaca el «control exhaustivo» a la clínicas que se dedican a la cirugía estética privada. «No nos quejamos de las inspecciones. Se vigila a los profesionales y se controla la aparatología, que tiene que pasar unos protocolos. Lo que esta orden consigue es dejar fuera a muchos cirujanos que no son plásticos, estéticos y reparadores. Hay cirujanos que llevan treinta años ejerciendo y con esta orden habrá más de 3.000 en España que no podrán seguir haciendo determinadas intervenciones que hacen con normalidad. Antes era cirugía plástica y reparadora y después introdujeron la estética, que, por cierto, está fuera de las prestaciones de la Seguridad Social. Esta orden es una trampa. Han utilizado a una señora que murió hace dos años, pero hay muy pocos casos, poquísimos, en los que la intervención se complica, y la mayoría de las veces por cuestiones ajenas a la cirugía».

Las intervenciones más realizadas en España son las cirugías de la mama (52,6%), con implante (27,6%). El segundo lugar lo ocupan intervenciones relacionadas con la cirugía de cabeza (23,7%). Una de cada cuatro intervenciones de cirugía estética pertenece a este grupo, con la blefaroplastia (10,7%) y la rinoplastia (7%), las más demandadas. La tercera posición la ocupa la liposucción (10,5%), aunque prácticamente se sitúa al mismo nivel que la cirugía corporal. Los datos corresponden al último informe realizado por la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE). Su gerente, Alberto García, cree que la ‘Ley Sara’ es «un avance para la seguridad de paciente, que va a tener la garantía de que la clínica a la que acuda va a estar dirigida y le operará un cirujano plástico, estético y reparador o con formación de su especialidad, como maxilofaciales, otorrinos, oftalmólogos... «Ahora han proliferado tantas que hay muchas en las que no se sabe muy bien quién está al frente. Esos datos sólo se saben cuando hay un proceso judicial por una demanda», asegura. «Las comunidades autónomas tendrán que trabajar ahora para que las clínicas se adapten a la nueva normativa. La orden no contempla multas, no tiene capacidad sancionadora, pero sí el cierre por parte de la administración».

De momento, «todavía hay mucha incertidumbre y las clínicas no saben muy bien a qué atenerse, pero lo que es de sentido común es que las clínicas tendrán al frente a un cirujano especialista».