Diario de León

ENTREVISTA

Irene Velado: «Veinte familias gitanas de León siguen en infraviviendas»

La coordinadora provincial de la Fundación Secretariado Gitana critica que 600 años después de la llegada de los primeros gitanos a España siguen siendo los grandes desconocidos

Irene Velado, en la Fundación Secretariado Gitano. ángelopez

Carmen Tapia
León

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En León y alfoz viven 2.500 gitanos, una cifra aproximada, ya que el registro de la etnia está prohibido por la ley. El 12 de enero de 1425 llegaron los primeros gitanos a España. No hay constancia de los primeros que se asentaron en León, provincia en la que nació la Fundación Secretariado Gitano y logró un hito histórico al abrir la primera guardería laboral para los hijos de las familias, con Pedro Puente al frente. Irene Velado es ahora la coordinadora provincial.

—¿Se tiene constancia de cuándo llegan los primeros gitanos a León?

—No, se sabe que llegaron hace 600 años a España, pero a León no está documentado.

—¿Cuándo se empezó a trabajar por los gitanos en León?

—La Fundación Secretariado Gitano tiene su origen en León. Empezó Pedro Puente como sacerdote del barrio de Las Ventas en los años 60. Entonces la población gitana no tenía ni DNI, ni estaban escolarizados y tenían viviendas muy precarias. Se apoyó en gitanos que conocía de León referentes de familias muy concretas, como la familia Barrull, que siempre estuvo muy implicada, el tío Gira, y otros gitanos. En los años 80 se constituye el Secretariado General Gitano a nivel nacional. En León se constituye la Asociación Hogar de la Esperanza y empezaron con la guardería laboral y la escolarización de los niños. Fue algo muy novedoso que se mantiene actualmente. La escolarización de los gitanos y las gitanas no fue obligatoria hasta la Constitución.

—¿La población gitana sigue teniendo patriarcas?

—Ahora hay un consejo de ancianos formado por diferentes personas relevantes por su trayectoria. Trabajan de manera interna en la resolución de problemas entre familias. Cuando hay un problema externo se les llama.

—¿Qué decide el consejo de ancianos?

—Trabajan conflictos familiares, trabajan de manera interna en la resolución de problemas entre familias. Cuando hay un problema externo se les tiene en cuenta y se les llama.

—¿Qué perfil tiene la población gitana de León?

—Es muy joven, con la tasa de nacimientos cada vez es menor.

—¿Consideráis población gitana a los hijos de matrimonios mixtos?

—No lo tenemos en cuenta. Cuando preguntamos y nos contestan que son gitanos los consideramos gitanos, no tenemos un barómetro para medir. Tenemos muchas parejas mixtas, pero no es relevante.

—¿Quién pone más problemas a las parejas mixtas los payos o los gitanos?

—Hoy en día creo que nadie, creemos que es positivo, se favorece la normalización.

—¿Cuántas familias viven en León en infraviviendas?

—En Altos del Duero y Las Graveras hay un problema de infraviviendas. Dos focos que no debería de existir porque están fuera del entorno urbano y sin una normalización de vivienda residencial adecuada. Viven unas diez familias en cada zona. No hay una voluntad política en que esto cambie. Puede haber recursos europeos, pero no hay intención ni ganas de poner en marcha un plan de trabajo en el que se cuenten con las familias tanto por la administración local como autonómica. Es discriminatorio para los que viven ahí porque les perjudica laboral y educativamente. León no puede tener a veinte familias fuera del entorno urbanístico en infraviviendas. En las últimas elecciones se nos dijo que se iba a afrontar, pero estamos esperando.

—¿Cuántas personas participan en el programa de empleo y formación de la Fundación?

—Atendemos a 300 personas al año y hay media de cien contrataciones anuales en sectores de reparto, logística o servicios. Hacemos formación adaptada a las empresas. La gente más joven es la que mejor se adapta.

—¿Cuántos universitarios gitanos hay en León?

—Entre Universidad, módulos de Grado Medio y Superior, unas veinte personas.

—¿Sigue habiendo absentismo escolar?

—El problema es que cuando llegan a los 16 años no finalizan estudios obligatorios. Ahora abandonan seis de cada diez en toda España.

—¿Qué queda 600 años después?

—Una cultura que ha aportado mucho a España. Siguen siendo los eternos discriminados por desconocimiento y porque antes vivían al margen, lo que ha dificultado la integración. Queda una comunidad gitana muy joven con capacidad de cambio, que cree que la educación es fundamental para avanzar. No hay una comunidad única, son personas muy diversas.

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