Diario de León

Unas 250.000 personas despidieron al papa en la basílica de San Pedro antes del funeral

La Diócesis de León celebra el martes 29 una misa de agradecimiento “por la vida, obra y ministerio del papa Francisco”

Fieles ingresan a la Basílica de San Pedro para despedir al papa Francisco.

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Agencias

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Unas 250.000 personas han pasado ante el féretro del papa Francisco en la basílica de San Pedro del Vaticano para darle el último adiós, durante su exposición en los últimos tres días y hasta las 19.00 hora local de este viernes, víspera de su funeral.

La capilla ardiente del pontífice argentino, fallecido el pasado lunes, acaba de concluir para proceder a la ceremonia de cierre del féretro, antes del solemne funeral y el entierro previstos para mañana, sábado.

"Desde la mañana del miércoles 23 de abril a las 11.00 hasta esta tarde a las 19.00, unas 250.000 personas acudieron a la Basílica de San Pedro para presentar sus respetos al Papa Francisco", indicó el Vaticano en un comunicado.

El rito del cierre del féretro tendrá lugar a las 20.00 y será privado.

Las autoridades italianas prevén la presencia de 200.000 personas en las exequias en la plaza de San Pedro, además de 130 delegaciones de países, con jefes de Estado como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y una decena de soberanos reinantes, entre estos los reyes de España, Felipe VI y Letizia.

Tras el funeral del sábado, el cuerpo de Francisco será llevado por un cortejo fúnebre cruzando toda Roma hasta la basílica de Santa María La Mayor, donde decidió reposar por ser muy devoto de la Virgen 'Salus Populi Romani'.

Su sepulcro, de hecho, ha sido preparado junto a la capilla que alberga ese icono mariano y consistirá en una simple losa de mármol en el suelo con una única inscripción, 'FRANCISCUS, su nombre pontificio en latín.

En la pared habrá además una reproducción de su cruz pectoral, en plata y con el Buen Pastor.

A Roma ya han llegado un total de 149 cardenales del total de los 252 que componen el colegio cardenalicio, aunque solo 133 entrarán al cónclave para elegir sucesor por tener menos de 80 años, una regla obligada.

Los cardenales que participarán en el funeral mañana visitarán la tumba del papa argentino el domingo.

Desde León

El obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, convoca a todos los diocesanos de León a la misa funeral que se celebrará el martes 29 de abril a las ocho de la tarde en la Catedral “unidos como iglesia diocesana a la iglesia universal, para dar gracias a Dios por la vida, la obra y el ministerio del querido papa Francisco y pedir esperanzados a Dios Padre que le conceda el descanso eterno”.

Además, siguiendo la ‘Orientaciones litúrgicas durante el periodo de sede vacante’, se invita, donde sea posible, a tañer las campanas en señal de luto mañana sábado día 26 de abril anunciando el comienzo de las exequias del sumo pontífice en Roma a las 10 de la mañana.

Funeral

El cortejo fúnebre que llevará este sábado el cuerpo del papa Francisco desde San Pedro del Vaticano hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado, atravesará a paso solemne seis kilómetros del corazón de Roma en un trayecto cargado de simbolismo.

La ruta seguirá parcialmente el trazado de la antigua Via Papalis, la procesión que hacían antiguamente los pontífices tras ser designados entre San Pedro del Vaticano y la basílica de San Juan de Letrán, catedral de la diócesis de Roma.

Esta ceremonia, rescoldo de los antiguos desfiles del Imperio romano, constituía el primer acto oficial del pontífice como obispo de Roma.

Según confirmaron a Efe fuentes de la Policía Nacional, el cortejo de Francisco, que supone uno de los mayores retos a nivel organizativo para las autoridades italianas, pasará delante de lugares tan icónicos como el Coliseo romano.

Cónclave

Estos encuentros convocados tras la renuncia o el fallecimiento de un Papa son determinantes para el futuro de la Iglesia. En ellos participan todos los purpurados, tanto los que tienen menos de 80 años y pueden entrar en la Capilla Sixtina para votar al nuevo Pontífice como los que han superado esa edad y ya han perdido sus derechos como electores. En la última congregación general, que se prolongó durante tres horas con una pausa incluida, participaron 113 purpurados de los 252 que constituyen este exclusivo club, de los que 34 tomaron la palabra. Además de para decidir la fecha del cónclave y otras cuestiones prácticas de la sede vacante, como la preparación de la Capilla Sixtina y de la Casa Santa Marta, donde vivirán los cardenales electores durante los días de debate para escoger al sucesor de Francisco, estos encuentros sirven para que tracen cuáles son los grandes problemas y desafíos que afronta hoy la Iglesia católica.

Una vez claro el diagnóstico, se busca el perfil más indicado y sólo en una tercera fase se empiezan a barajar los nombres de los candidatos que mejor cumplen esas características. Si en las congregaciones generales surge un cardenal que se gana a sus compañeros por sus intervenciones, como ocurrió en 2013 con Jorge Mario Bergoglio, entonces el trabajo está ya bastante avanzado y no son necesarias demasiadas votaciones en la Capilla Sixtina. Es lo que ocurrió en el anterior Cónclave, en el que el entonces arzobispo de Buenos Aires fue elegido Papa al alcanzar las 85 papeletas en el sexto escrutinio.

Tumba lista

La futura tumba del papa Francisco en la basílica romana de Santa María La Mayor, una simple losa de mármol en el suelo, está casi lista y este jueves un grupo de operarios se afanaban en los preparativos para su sepultura el sábado.

El pontífice, fallecido el lunes con 88 años de edad, ha elegido para su tumba esta antigua basílica romana que acoge una de sus vírgenes predilectas, la 'Salus Populi Romani', en vez de la cripta de San Pedro del Vaticano donde yacen algunos de sus predecesores.

En concreto, el lugar que dispuso es la Capilla Paolina, con el icono de la 'Salus Populi Romani' y la de la dinastía Sforza, en la nave izquierda del templo, a pocos pasos del altar.

La tumba del papa Francisco en la basílica romana de Santa María La Mayor será sencilla, en el suelo, y contará con una reproducción de su crucifijo pectoral, reveló este jueves la Santa Sede al divulgar la primera foto del sepulcro. EFE/Vaticano SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

La tumba del papa Francisco en la basílica romana de Santa María La Mayor será sencilla, en el suelo, y contará con una reproducción de su crucifijo pectoral, reveló este jueves la Santa Sede al divulgar la primera foto del sepulcro. EFE

Lo que será su tumba lleva días cubierto con una valla de madera pero, sin embargo, deja ver por sus rendijas luz eléctrica en su interior y sombras de operarios.

Además, toda la zona ha sido acordonada para evitar curiosos pues ya este jueves decenas de personas acudieron a tomar algunas fotos de la que será la tumba del papa o simplemente a curiosear.

No obstante, el Vaticano difundió hoy la primera imagen de la sepultura: pequeña y sencilla, con una lápida en el suelo con la inscripción 'FRANCISCUS' y una reproducción en la pared de su cruz pectoral, en plata y con la imagen del Buen Pastor.

Las últimas palabras a su médico

El medico del hospital Gemelli de Roma Sergio Alfieri, coordinador del equipo que atendió al papa Francisco, contó este jueves los últimos instantes de vida del pontífice: "Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba", dijo y explicó que se decidió no llevarle al hospital porque su deseo era "morir en casa".

"No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma", explica Alfieri en declaraciones publicadas en los medios italianos.

Revela que "si hubiera perdido el conocimiento" se habría "tenido que seguir las directrices de su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, que era como un hijo para el Santo Padre" y que eran las de "ningún ensañamiento terapéutico".

"Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación", que “le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarle, con los pulmones infectados de virus”, explica.

El que fue también su cirujano en dos operaciones explicó: "El lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: El Santo Padre está muy enfermo tenemos que volver al Gemelli. Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso".

"Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después", recuerda Alfieri.

En otra entrevista asegura que "nunca se expuso al peligro".

"Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer. Como ocurrió en el Domingo de Resurrección, “cuando aceptó la propuesta de su asistente sanitario personal Massimiliano Strappetti de dar la vuelta a la plaza entre la multitud”, añade.

Sobre la causa de la muerte, Alfieri explica que "fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro. Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco".

Según el parte de defunción, firmado por el director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, la muerte se produjo a las 7:35 horas locales (5:35 GMT) del 21 de abril en su apartamento, la residencia vaticana Casa Santa Marta, por un ictus, que derivó en un coma y después una parada cardiocirculatoria.

La fila formada por miles de personas que acuden a la basílica de San Pedro para dar el último adiós al papa Francisco ha superado la medianoche en Roma, en el primero de los tres días de exposición del féretro antes del funeral del sábado. EFE/Daniel Cáceres

La fila formada por miles de personas que acuden a la basílica de San Pedro para dar el último adiós al papa Francisco ha superado la medianoche en Roma. EFE/Daniel Cáceres

El Jubileo se convierte en un adiós multitudinario 

La muerte de Francisco ha marcado de manera inesperada el Jubileo, el gran evento católico convocado por el papa y que debía atraer a millones de peregrinos a Roma para conseguir la indulgencia plenaria. Ahora, muchos de ellos aprovechan la ocasión para despedirse del pontífice argentino.

El Año Santo, que se celebra cada 25 años, aunque Francisco ya había convocado un Jubileo extraordinario en 2016 dedicado a la Misericordia, fue inaugurado por el pontífice y, en un hecho inédito en la historia reciente de la Iglesia, será clausurado por su sucesor.

El mismo día del fallecimiento, el Vaticano confirmó que las celebraciones jubilares continuarían sin interrupciones, así que mientras el cuerpo del papa era velado en la capilla de su residencia en Casa Santa Marta, los fieles seguían cruzando la Vía de la Conciliación para atravesar la Puerta Santa de la basílica de San Pedro.

Sin embargo, la Santa Sede anunció el cierre del recorrido especial habilitado para los peregrinos -un sendero vallado, adornado con macetas-, con el objetivo de unificar la fila de quienes desean cruzar la Puerta Santa con la de quienes buscan rendir homenaje al féretro del papa, expuesto desde este miércoles en el templo vaticano.

Multitud a medianoche

El gran reloj en lo alto de la fachada de la basílica de San Pedro del Vaticano marca la medianoche pero una multitud de personas hace fila en la plaza para acceder al templo: en su interior yace un papa difunto, Francisco, al que miles de personas rinden tributo estos días hasta su funeral del sábado.

"Personalmente me siento triste por la pérdida del papa, porque fue una persona que espiritualmente me tocaba el corazón", confiesa a Efe Edgar Coronado, un peruano residente en Roma y que lleva casi tres horas esperando bajo la columnata de la plaza de San Pedro.

La basílica vaticana alberga en su interior la capilla ardiente del papa Francisco, fallecido el lunes con 88 años. Su féretro, colocado a los pies del baldaquino central, es velado por sus más allegados y custodiado día y noche por cuatro altos guardias suizos.

Por delante de la caja podrán pasar hasta el viernes las personas que quieran rendirle un último tributo antes de su funeral y, dada la altísima afluencia, la Santa Sede ha decidido que abrir las puertas de la basílica hasta más allá de la medianoche.

En este primer día de exposición, la fila ha sido interminable y ya entrada la madrugada sigue cruzando la nave central del templo, en medio de un profundo silencio.

Respeto y recogimiento

El respeto y el recogimiento marcaron la jornada en la basílica de San Pedro, donde miles de fieles hacen una larga cola para dar su último adiós al papa Francisco, cuyo cuerpo yace expuesto ante el altar de la Confesión. 

Una marea humana avanza lentamente por la nave central del templo. Bajo un sol intenso que baña la plaza de San Pedro, peregrinos llegados de todo el mundo esperan pacientemente su turno, protegidos con sombrillas, gafas de sol y botellas de agua. En el interior de la basílica, la gran afluencia permite a los fieles detenerse apenas unos segundos ante el féretro del papa Francisco, lo necesario para santiguarse o arrodillarse, lo que ha llevado a muchos a buscar espacios cercanos, como la zona a la izquierda del altar, para poder rezar o inclinarse en señal de respeto. «Después del cúmulo de gente que hay para verlo y lo estrecho que es el pasillo central de la basílica... topárselo de frente impacta. Lo habíamos visto esta mañana por televisión, pero impacta verlo al natural», comentó a Efe una visitante visiblemente emocionada. A la salida se mezclan grupos de escolares y turistas, religiosos y personas que han viajado en solitario desde distintos puntos del planeta para despedirse del pontífice. En avión, tren o incluso en coche, centenares de personas pusieron rumbo a Roma tras conocerse la inesperada muerte del papa el pasado lunes a los 88 años, en avión, tren o coche.

Entre ellas, un grupo de amigos de Murcia que salió el lunes a las 22.00 hora local y llegó a la capital italiana la noche del martes, exclusivamente para despedirse este miércoles del pontífice y emprender de manera casi inmediata el viaje de vuelta.

«El papa pensaba en español y conectamos con su pensamiento, era fácil de entender», explica Pedro, miembro de la expedición murciana, que dijo haber sufrido una “conmoción grandísima” al ver el féretro.

Un «océano de amor» para Francisco

«Es como saludar a tu padre por segunda vez. No tengo ni papá ni mamá, así que es duro saludarlo por última vez», relató Griselda Medici, una argentina que vive en Italia desde hace 23 años que describió la cantidad de gente en el Vaticano como un «océano de amor hacia el papa».

«El papa es un migrante como yo. Escucharlo los domingos con sus características argentinas, esa chispa, ese chiste que se le escapaba, es como que te hace estar en casa. En estos 12 años cada vez que lo veía por televisión decía: ‘¡Eccolo! Es mi papa’», añadió.

Francisco, que falleció el lunes a los 88 años tras varios meses de complicaciones de salud, será enterrado el sábado en una ceremonia que se prevé multitudinaria con más de 200.000 asistentes.

La basílica seguirá abierta hasta la tarde del viernes para quienes deseen despedirse del pontífice que marcó una época por su cercanía, su lenguaje directo y su defensa de los más vulnerables.

Fue una marea continua, desde que se abrieron las puertas de la basílica, a las once de la mañana, con una espera que formaban largas colas.

Los primeros grupos esperaban detrás de las puertas con rezos del Rosario, y se han apresurado a entrar tan pronto como han recibido el visto bueno de los gendarmes y voluntarios.

Una vez dentro del templo, los ciudadanos, aglomerados en el centro, avanzan despacio en bloque hasta los pies del altar.

Se acercan al féretro, sacan sus teléfonos al llegar a la barrera y se detienen unos instantes a mirar al Papa Francisco mientras hacen la señal de la cruz. Así, hasta la medianoche.

Traslado a la basílica

Durante el recorrido del féretro por la Plaza de San Pedro se han podido escuchar aplausos que salían de entre los 20.000 fieles congregados para despedir al Papa, según cifras facilitadas por Vatican News.

El féretro del papa Francisco, llevado en procesión a hombros por los 'sediarios' pontificios y escoltado por la Guardia Suiza, llegó a la basílica de San Pedro, donde será colocado el Altar de la Confesión para que los fieles puedan darle el último adiós.

La ceremonia del traslado del féretro del papa Francisco comenzó a las 9.00 horas desde la que fue su residencia, a la basílica de San Pedro.

La procesión recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomartires Romanos y atraversó el Arco de las Campanas hasta salir a la plaza de San Pedro y entró en la Basílica Vaticana por la puerta central. El féretró estaba precedida por los cardenales presentes en Roma mientras que la cerraban las personas que más cerca estuvieron del pontífice, sus secretarios y sus asistentes.

Fieles esperan para poder ver el féretro del papa Francisco, este miércoles en Ciudad del Vaticano. Los homenajes al fallecido papa Francisco comienzan con el traslado del féretro a la basílica de San Pedro, donde los fieles podrán desfilar hasta el viernes, la víspera del funeral oficial y su posterior entierro. 
                      EFE/ Marta Rullán Ferrer

Fieles esperan para poder ver el féretro del papa Francisco, este miércoles en Ciudad del Vaticano. EFE/ Marta Rullán Ferrer.

El personal se encuentra en la entrada de la basílica mientras espera que el ataúd del Papa Francisco sea trasladado a la Basílica de San Pedro para tres días de capilla ardiente, en la Ciudad del Vaticano, 23 de abril de 2025. 
                      EFE/EPA/MASSIMO PERCOSSI

El personal se encuentra en la entrada de la basílica mientras espera que el ataúd del Papa Francisco sea trasladado a la Basílica de San Pedro. EFE/EPA/MASSIMO PERCOSSI.

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