Juan Antonio Sánchez, experto en micología: «Pasarán años para volver a comer setas tras los incendios"
Experto formativo, estudioso y autor de más de veinte libros de micología, Juan Antonio Sánchez aborda hoy el papel de los hongos en la regeneración del terreno tras los incendios en una temporada micológica que hasta ahora "es la peor en 40 años» por la escasez de lluvias.

Juan Antonio Sánchez, en una de sus salidas formativas al campo.
El leonés Juan Antonio Sánchez estudia la micología desde hace cuarenta años. Es autor de más de veinte publicaciones, entre ellas el Atlas de los Hongos de Castilla y León. Hoy ofrece la conferencia inaugural de la Semana Micológica de León para hablar de Incendios y micorrizas: los hongos y su importancia para los bosques, un encuentro que tendrá lugar el salón de actos del Ayuntamiento de León a las 20.00 horas. «Los hongos, sobre todo los saprófitos, van a ayudar a regenerar el suelo que ha quedado maltrecho por culpa de los incendios», asegura.
—¿Qué tipo de hongos son los saprófitos?
—Son los que ahora van a descomponer toda la materia orgánica que va a transformar en nutrientes el suelo incendiado. Son los primeros que van a llegar y serán como veinte o treinta diferentes que se van a encargar de hace ese proceso.
—¿Son comestibles?
—No. Al principio no. Su única misión es volver a recomponer el suelo. Pero tres o cuatro años después sí vuelven a salir los comestibles.
—O sea, que hay que esperar cinco años para que vuelva a haber hongos comestibles en las zonas quemadas.
—Depende de la vegetación. Yo he visto hongos comestibles este año en la Sierra la Culebra que sufrió el incendio hace tres años. Todo dependerá del árbol. En las jaras sale muy pronto, en el castaño un poco más tarde y en el pino tarda como veinte años, y bastante más en el roble y en la encina. Todo eso lo explicaré con detalle en la conferencia. Lo importante es que esos hongos micorrícicos van a ayudar a la regeneración del bosque. De hecho, ya están ayudando. Los hongos, a pesar del incendio, no desaparecen.
«El precio de los primeros boletus que salgan en León alcanzarán un precio de 30 euros el kilo, por la escasez de lluvias»
—¿Cuánto cree usted que va a tardar en regenerarse la zona incendiada tal y como la hemos conocido antes de los fuegos?
—Si hay jara, cinco o seis años. En el caso de otras plantas como el castaño tardará catorce o dieciséis años, sobre todo de hongos comestibles. En el pino son casi 30 años. Hay muchas zonas de León y Zamora que sacan una renta añadida de la comercialización de los hongos silvestres comestibles y económicamente será una pérdida importante. Hace años, cuando se incendió el campo de tiro y afectó mucho a Tabuyo del Monte, Quintanilla y Torneros de Jamúz, ganaron el juicio. Aparte de pagarles la madera, tuvieron que abonarles los años que tenían que dejar de recoger boletus pinófilus. Es la primera vez en la historia de España que pagaban también las fructificaciones y la comercialización de las setas que iban a desaparecer por el incendio.
"Además de los incendios, las pocas lluvias hacen que esta sea la peor temporada micológica en 40 años; si llueve se puede mejorar"
—¿Cómo podemos ayudar si vamos al bosque para que esa regeneración no se retrase y siga su proceso natural?
—Hay varias maneras. Se está haciendo una experiencia piloto con la incorporación de micorrizas en el árbol que se plante. Ya venden castaños con micorrizas de boletus. Si la administración reforesta con plantas micorrizadas va a ir más rápido y ayudará al bosque. El pino ya se vende con microrrizas de níscalos. Otra medida es reforestar en aquellas zonas donde la naturaleza no va a tener la suficiente capacidad de regenerarse y habrá que ayudar con plantaciones nuevas. En general, los bosques de pino regeneran muy bien. En Tabuyo ya casi no se sabe que hubo incendio. Donde no regeneren porque hay pocos nutrientes y poco suelo los municipios tienen que ayudar.
—¿Cómo será la temporada donde no ha habido incendios?
—La peor en 40 años, que yo recuerde. El verano fue muy seco, por eso hubo tantos incendios, no cayó ni una gota de agua, la primavera fue lluviosa, pero desde mayo no ha llovido hasta ahora. Ha sido un muy mal año. He estado en varias jornadas en Puebla de Lillo, en Sanabria, y a día de hoy no hay setas, muy pocas. Las lluvias de estos días son las que pueden salvar la temporada, sobre todo en pinares y encinares. A final de otoño las hojas caen y aunque haya setas no se ven, En un robledal o castañar, por ejemplo, que tiran todas las hojas, no se verán las setas. Para el pino, la encina y los pastizales todavía puede ser buen año, pero ahora ha sido un auténtico desastre. No se están comercializando las setas a día de hoy.
—Esto significa que va a ser un bocado exquisito.
—Muy demandado. Se ha disparado el precio. Los primeros boletus que salgan se van a pagar a 30 euros el kilo. En el medio rural no hay ningún producto en la naturaleza en Castilla y León que se pague a 30 euros el kilo, ni la mejor ternera y casi ni el mejor marisco. Por eso es tan importante para León, con la cantidad de hectáreas y de montes que tenemos de utilidad pública, que a los terrenos de estos incendios se les ayude a tener una fructificación lo antes posible, porque supone una renta importante para el medio rural.
—¿Qué recomendaría a las personas que van este año a recoger setas, teniendo en cuenta la situación en la que están, para no estroperar todavía más lo poco que hay?
—Una cosa muy sencilla: no arrancar aquellos boletus, los pocos que van a salir, en la zona incendida. Sus esporas van a evitar la erosión. Si salen setas ayudan a la micorrización, el suelo se sujeta mejor ante las lluvias y evitan las correntías y, por tanto, la erosión. Y dejar las setas grandes para que vuelvan a echar esporas lo antes posible y volvamos a tener hongos. La naturaleza tiene previsto cómo regenerarse. Los incendios son un desastre, no hay duda. Pero tenemos que ver la parte positiva. Siempre ha habido incendios y la naturaleza, por suerte, está preparada para regenerarse, eso no lo olvidemos. Cuenta trabajo hacer entender a la gente de la ciudad que el bosque siempre se ha quedado en León y en Zamora porque siempre fuimos un pueblo ganadero, no fuimos un pueblo forestal. Sabían que el monte se regeneraba. Es una tragedia, pero tiene solución y creo que en tres o cuatro años no se va a notar que los efectos han sido tan catastróficos. Me gusta ser optimista.
—Es decir, que no se arranque.
—Exacto. Un boletus grande tiene miles y miles de esporas. Si ese hongo me lo llevo para casa porque creo que lo puedo aprovechar aunque luego lo acabe tirando a la basura, le estoy privando al monte de esos miles de esporas. Si eso lo multiplico por 10 ó 12 setas que me puedo llevar, estoy privando a la naturaleza de esa capacidad de reproducirse. Por eso siempre recomendamos que los hongos se limpien en el monte y todo lo que no se vaya a aprovechar se deje allí, porque todo tiene utilidad para el bosque.