La OCU aprueba sólo al 10% de los centros de bronceado

De los 97 centros que han sido objeto de estudio, sólo 10 proporcionaban información correcta sobre los riesgos y las indicaciones precisas para recibir rayos ultravioleta, mientras que apenas 13 disponían de folletos al respecto. La OCU destaca que la investigación se efectuó en diez ciudades españolas en octubre del año 2002, antes de que comenzara a aplicarse la norma. Únicamente dos centros alertaban sobre los perjuicios que pueden ocasionar las radiaciones de este tipo en ojos y piel, del aumento del riesgo de sufrir melanomas y del envejecimiento prematuro de la piel que provocan. Además, sólo un 2% advierte de las precauciones que se han de tomar, ni lo poco recomendables que son los rayos UVA para personas con afecciones en la piel o antecedentes familiares de melanoma, mujeres embarazadas y personas sujetas a tratamiento con antidepresivos. Desodorantes Sólo dos centros dan indicaciones completas para la recepción de rayos ultravioleta, tales como evitar desodorantes, cosméticos y perfumes; abstenerse de utilizar cremas de protección solar, utilizar gafas protectoras y guardar un tiempo mínimo de 48 horas entre las dos primeras exposiciones. Con todo, casi la mitad de los centros avisa de la obligatoriedad de usar gafas especiales. Según los datos de la OCU, el personal que trabaja con aparatos de rayos UVA no tiene formación suficiente para asesorar bien al usuario. No en vano, algunos trabajadores creían que con cerrar los ojos ya bastaba para resguardarse de los rayos ultravioleta, lo que entraña riesgo de sufrir conjuntivitis y, a largo plazo, otras dolencias más graves. No obstante, el 92% de los establecimientos ofreció a las colaboradoras de la OCU en la encuesta gafas sin necesidad de solicitarlas por el cliente. A la hora de hacer balance, Mónica Cabaña, alegó que los avances han sido «modestos» y casi todos los centros se merecen un suspenso. Prueba de ello es que en apenas 13 establecimientos se avisaba a la clientela de que está prohibido que los menores tomen rayos UVA. En Barcelona, donde la normativa autonómica llevaba más tiempo aplicándose, los resultados han sido tan malos como en las otras 9 ciudades.