Cameron y el humor negro

El actor, y ahora también director y guionista, Peter Berg debutó en la realización de largometrajes con un relato que podría calificarse como la versión gore de La boda de mi mejor amigo. En Very Bad Things también asistimos a los preparativos de un enlace matrional, con despedida de soltero incluída, marcado por la tragedia y el espanto. Eso si, en clave cómica. Las sabias dosis de humor negro que salpican el metraje provocaron rechazo y entusiasmo a partes iguales durante su proyección en el Festival de San Sebastián. La acción comienza en la ciudad de Las Vegas cuando los amigos del novio organizan una juerga, con stripper incluída, repleta de drogas, sexo y alcohol. La consumación de un asesinato será el inicio de un histérico recital de golpes de efecto destinado a epatar al espectador más curtido. Sorprendente, divertida y cruel, Very Bad Things supuso un nuevo riesgo interpretativo en la filmografía de Cameron Díaz, una antigua modelo reconvertida en actriz que ha sabido combinar sabiamente su participación en grandes superproducciones hollywoodienses (La Máscara, Los ángeles de Charlie, Gangs of New York) con constantes incursiones en el cine independiente (Algo pasa con Mary, Cómo ser John Malkovich, La cosa más dulce, Cosas que diría con sólo mirarla). La película, que cuenta con una extraordinaria banda sonora compuesta por Stewart Copeland (uno de los integrantes del extinto grupo Police), cuenta también con la intervención de Christian Slater, Jeanne Triplehorn, actriz vista en títulos como La Firma o Waterworld, y Daniel Stern. Irreverente, arriesgada y con una propuesta no apta para cualquier tipo de público, Very Bad Things se enmarca en la nueva corriente del norteamericano, una tendencia artística alejada de los grandes estudios y presupuestos. Se podrá adquirir a partir de mañana jueves, conjuntamente con Diario de León, a un precio de seis euros. Una ácida comedia negra que no deja indiferente a nadie.