La civeta ¿responsable de la neumonía?

Basta con recorrer los mercados de la provincia de Guandong para comprobar lo sibaritas que son los chinos, la cocina más antigua y refinada del mundo. En Guandong surgió en noviembre el virus de la neumonía atípica (más de 700 muertos y 8.000 infectados) que sigue causando estragos. A la venta para el consumo aparecen, entre otras especies, lechuzas, golondrinas, armadillos, pavos reales, tortugas, yak, el buey del Himalaya, carne de oso o de camello, serpientes y peces de todas clases y, por supuesto, las civetas de palmera, felino conocido también como gato de algalia. Es curioso pero las civetas, que habrían pasado el mal al hombre por vía respiratoria o por las heces, no sufren ellas mismas los efectos de la enfermedad. La civeta, a la que científicos de Hong Kong echan la culpa de la transmisión del virus de SARS al hombre, es bocado de cardenal. Por eso han tenido que importar civetas de Vietnam, porque se ha convertido en el sur de China en un exquisito manjar. Es un carnívoro de tamaño mediano, de la familia de las mangostas, de piel listada y anillos negros en la cola. Pero ¿ha transmitido antes el hombre el virus a la civeta? Nada hay claro en esta ceremonia de la confusión del SARS. El caso es que parece que los monos transmitieron el virus del Sida al hombre. Ahora acusan a las civetas. Otros prohombres de la investigación virológica y de la microbiología apuntan hacia al espacio. Los investigadores de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) consideran que el corona virus del SARS viene del espacio. «Es una teoría ridícula» responden los científicos que se ocupan del virus. ¿Tendrá E.T. parte de culpa? Si no se sabe qué o quién es el responsable de esta epidemia, de donde viene o cómo se la puede combatir con la vacuna adecuada. Me imagino a los aprensivos chinos paralizados por la noticia, regresando a los platos tradicionales, el arroz tres delicias o el pato lacado de Pekín, sometiéndose a continuos análisis y dejando para mejor ocasión los platos exóticos como la civeta, el tejón y una especie de perro salvaje que preparado al pil pil les vuelve locos de gula.