Diario de León

A LA ÚLTIMA

Basta detelebazofia

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ESPAÑA va mal. Estamos enfermos de vulgaridad. Las televisiones, las radios, los periódicos se llenan de sucesos. La televisión cada vez llevan más historias de violencia. Y de sangre. Como en tiempos del franquismo, cuando el El Caso era un tratado avanzado de sociología, la gente parece tener bulimia de morbo. El circo catódico es una casquería. En pos del más difícil cada día, algunas cadenas de televisión han llegado a la cima del Everest de la impostura y contratan actores que teatralizan los asesinatos. Los telediarios se han convertido en guías de sucesos en las que la actualidad política, económica y cultural apenas encuentra cobijo en el epígrafe de otras noticias. Quienes programan y manipulan nuestras emociones saben lo que hacen. Un país de gentes aleladas o indignadas -según convenga- por lo que destila la televisión, es un país camino de convertirse en rebaño. Lo que nunca fue la «vieja Europa» y sí abunda, en cambio, en los Estados Unidos de América país donde la mitad de la población (más de cien millones de personas) no vota porque ha sido inducida a 'pasar' de la política. El retroceso que supone el proceso de descerebración colectiva al que nos están empujando debería hacer reflexionar a nuestros dirigentes políticos. No basta con criticar la programación basura de las cadenas de televisión. Habría que dar un paso en dirección contraria. La televisión va camino de sustituir a la escuela -si es que no lo ha hecho ya- como academia, no de valores si no de todo lo contrario. La incitación a la violencia, lo soez, el descaro, la banalidad, lo más vulgar, en suma, de la condición humana, encuentra asiento y estímulo en casi todas las parrillas de los programas. También aquí habría que decir ¡Basta ya! Las cadenas públicas deberían dar ejemplo eliminado los programas bazofia. A los dueños de las privadas habría que recordarles que la televisión es un servicio público y que operan bajo una licencia que la Administración -en nombre de los intereses ciudadanos- podría revocar. La libertad de expresión no puede amparar tanta grosería, tanta vulgaridad, tanta bazofia.

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