Aunque el nombre del pueblo es San Miguel de Escalada, en toda la ribera se le conoce más por Valdabasta, por un tipo de flor que nace salvaje por sus montes.
La Iglesia tiene planta basilical de tres naves y un crucero no acusado desde el exterior. La cabecera tiene tres capillas de herradura muy cerrada.
El pórtico sur consta de doce arcos de herradura, siendo los siete más occidentales obra mozárabe del siglo X
Detalles del capiten de una de las columnas del templo.
Los alrededores del monasterio conservan muchas huellas del pasado, como estos sarcófagos
Todos los años se celebran dos fiestas en San Miguel de Escalada. Por una parte, la de la festividad de San Antonio, en junio, y la del veraneante, en agosto.
En las fiestas del pueblo, el pendón es desfilado hacia el Priorato.
Monasterio desaparecido tras la desamortización, fue fundado a finales del siglo IX por monjes cordobeses que se asentaron sobre una vieja iglesia visigótica consagrada al arcángel San Miguel.
Para no perder las tradiciones, el horno de leña es toda una institución en el pueblo.
Los esfuerzos para recuperar esta típica infraestructura fueron muchos.
Uno de los deportes más arraigados, y que más adeptos conserva entre los habitantes de Valdabasta es la lucha leonesa.
En verano, tanto los lugareños como los visitantes, puenden disfrutar de una terraza-bar frente al monasterio, donde poder pasar momentos inolvidables al aire libre.