Diario de León

Creado:

Actualizado:

EL CASO ES que le preguntas a cualquiera por las Navidades y le sube del estómago una arcada con exabrupto, te dice ¡puag!, lanza unas maldiciones de hastío... y echa mano al bolsillo de la chaqueta donde, junto a taco gordo de décimos de loterías y participaciones, está la lista de regalos que tiene que comprar esa misma mañana para darle tres hachazos mortales a la tarjeta y otra lista más con las celebraciones de ineludible compromiso en las que habrá de personarse (según él, con mucho asco), a saber: una cena de la empresa, otra cena con los proveedores y distribuidores, una más con los simpatizantes del partido donde tiene un cuñado concejal, comidorra el veintisiete de la peña de balonmano con la que berra en el pabellón entre tamborradas y banderas, un encuentro de viejos alumnos con misa, vino español, tapitas y tapones, una cena de Reyes con la asociación del barrio para acabar de fundir los remanentes de actividades culturales, amén del ceremonio familiar de Nochebuena, la comida resacada de Navidad y la cena de cotillón de Añoviejo con otros tres matrimonios y la parienta atacada de pelu, perfume y trapito de brillos (y las bragas rojas con las que este año te amenaza; ya ves, a las cinco de la mañana y con el pedo rumbero que siempre te pillas al bies ¡vas a estar tú para bragas!)... Para no creer en Navidades, hay que ver cómo tragas dogma, magma, ritos y pitos. Y hoy amanecerás delirando y diciéndote ¡si me toca!... conjugarás destinos de la millonada soñada y repasarás esas posibles venganzas que todos tenemos aplazadas para cuando un día nos arree un estacazo la suerte, la puta suerte... se va a cagar el jefe... La que dice que las Navidades le gustan aún menos es su nena, dieciocho cumplidos en agosto, pelo de colorines, ropita de último grito, tetitas de peruco apercolladas con sostén de aros para que parezcan lo que no son... y con unos aires de insolencia que le hacen acreedora de guantazo y medio. Para ella la Navidad vale sólo para salir con la peña de amigos igual que el resto del año y ponerse hasta el culo de copas, tiritos, caladas y pastillas. A la nena le estomagan los villancicos de las tiendas y se subleva, pero aguanta la música pedorra con la que nos aturden el resto del año. En fin... la Navidad es larga, la Navidad es dura... ¡tócame la Navidad!

tracking