EL ESTILO DE LETIZIA

Este sastre por el que apostó el día de la pedida fue muy criticado. Un Armani en blanco inmaculado que, no obstante, han copiado algunas firmas.

Es el caso de Zara, una de las tiendas en las que se puede obtener la réplica por poco más de 100 euros.

Las escasas visitas de la pareja a Asturias, tierra natal y familiar de Letizia, siempre nos dejan ver a una joven más desenfadada en su atuendo, con pantalones tejanos, cazadoras de ante y jerseis de cuello vuelto.

Es en estas situaciones cuando Letizia pasa del maquillaje y esconde su mirada en grandes gafas de pantalla. También muestra su gabán amarillo, una de sus prendas favoritas de sport.

La mayor parte de los diseñadores que han opinado sobre el estilo de la futura reina coinciden en que es demasiado sobria.

En sus continuas apariciones, desde que se conociera el compromiso, a Letizia le gusta alternar los trajes con chaquetas y pantalones de diferente tono.

Para una visita al Prado, la prometida del Príncipe eligió un traje de pantalón marrón que combinó con un jersey de cuello vuelto en beige.

En esta ocasión abandonó la prudencia para mostrarse espléndida con un dos piezas de chaqueta entallada y color llamativo.

Doña Letizia siente predilección por las chaquetas con solapa o cuello mao.

Así de elegante y de luto se presentó en el funeral por las víctimas del 11-M.

Para practicar deporte, no obstante, se decanta por los tonos llamativos.

Letizia eligió un esmoquin negro (en tendencia) y una blusa con gran lazada al cuello para asistir al Teatro Real con su futura suegra.

Para celebrar el cumpleaños del príncipe, la asturiana se decantó por un conjunto firmado por Miriam Ocáriz. Falda y pañuelo a juego que le daban un aspecto demasiado serio.

A pesar de no ser una víctima de la moda, la prometida del Príncipe no olvida las tendencias y se ha mostrado con modelos en tweed, uno de los bums de la temporada.

Al igual que sucede con su ropa, Letizia escapa de las estridencias en el peinado y maquillaje.

En los gestos y en el vestir cada vez se ha vuelto más contenida.
