Hallan los cadáveres de dos de las víctimas del pederasta francés

Los dos cadáveres hallados hoy en las excavaciones realizadas en el castillo de Sautou (noreste de Francia) son los de dos víctimas del presunto asesino en serie Michel Fourniret, anunciaron los fiscales francés y belga. Se trata de los restos de la niña belga Elisabeth Brichet, de 12 años, y de la estudiante francesa Jeanne-Marie Desramault, de 22 años, ambas desaparecidas en 1989. Fourniret, que ha confesado nueve crímenes, había dicho a los investigadores que enterró los cuerpos de Elisabeth y Jeanne-Marie en el castillo de Sautou, donde las excavaciones tuvieron lugar hoy en presencia de los fiscales belga Cédric Visart, y francés Yves Charpenel.Fourniret y su esposa, Monique, estaban presentes en Sautou para las excavaciones, que prosiguen en busca del segundo cuerpo, mientras los forenses examinan el primero, aún no identificado. El presunto asesino, quien no reaccionó ante el hallazgo, había dicho a los investigadores que enterró a la niña belga Elisabeth Brichet, de 12 años, y la francesa Jeanne-Marie Desramault, de 22, en 1989, en esa propiedad del siglo XIX que adquirió de forma misteriosa. El bautizado «Dutroux francés», de 62 años, con un pasado judicial cargado pero con aspecto de maestro jubilado, aficionado al ajedrez y al relato en pretérito pluscuamperfecto, «cazaba a vírgenes», según contó a la Policía al confesar con toda frialdad sus crímenes. Su esposa le atribuyó diez asesinatos cuando decidió denunciar sus crímenes a la Policía el mes pasado, poco después de que la ex esposa del belga Marc Dutroux fuera condenada a 30 años de cárcel. Fourniret fue detenido en junio de 2003 en Bélgica, donde reside la pareja. Haciéndose pasar por profesor de dibujo, había metido en su vehículo a Marie-Ascension, de 14 años, quien aprovechó una parada para escaparse y memorizó la matrícula del coche. Las declaraciones de Fourniret dejaron estupefactos a los agentes franceses que lo interrogaron en Bélgica tras las revelaciones de su mujer. «Se muestra tranquilo, bajo control. Sus palabras son tanto más terribles por cuanto emplea casi exclusivamente el pretérito pluscuamperfecto para relatar hechos aterradores», indicaron fuentes judiciales. Lo tachan de «perverso, calculador e inteligente» y se dedicaba, según sus palabras a «cazar a vírgenes»..