Diario de León

«Me había cogido una borrachera muy grande, creí que mi hija estabamuerta»

Ricardo Suárez, momentos antes de entregarse a la policía en Ayamonte (Huelva)

Ricardo Suárez, momentos antes de entregarse a la policía en Ayamonte (Huelva)

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colpisa | madrid

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«Me arrepiento y le pido perdón a la familia, a la mujer, a los hijos, a la madre, a los tíos... Le pido perdón a todos», manifestó Rucardo Súarez, presunto autor de la muerte del conductor que atropelló a su hija en Sevilla. Antes de entregarse voluntariamente a la Policía, Ricardo Suárez Álvarez, buscado por matar de varios disparos a Gaspar García, el conductor que atropelló a su hija, hizo acto público de contrición y manifestó su pesar por lo que calificó como «un arrebato» al creer muerta a su hija de siete años, herida leve en el incidente. El presunto homicida se entregó ayer en Ayamonte, Huelva, sobre las 23.00 horas, después de estar en paradero desconocido desde el pasado 8 de enero, cuando ocurrieron los hechos en la calle de Isaac Peral, frente al albergue juvenil de Sevilla, donde después del atropello disparó presuntamente en once ocasiones contra Gaspar García. La entrega a la Policía se produjo en la frontera entre Portugal y España, acompañado por su abogado Javier del Rey, que lo trasladó desde una localidad próxima a la localidad portuguesa de Oporto. Según su abogado, Ricardo Suárez, que prestó declaración policial sobre las dos y media de la tarde, asumió los hechos por los que ha sido detenido, de los que dijo que está arrepentido y que se debieron a un malentendido, al entender que su hija había sido agredida intencionadamente. Justificaciones En declaraciones a Antena 3, Suárez Álvarez justificó su violenta reacción al dar por sentado, también, que el conductor era miembro de otro clan gitano que días atrás había atacado y amenazado a su familia. Además, la víspera «me había cogido una borrachera muy grande», añadió. Huido desde el pasado 8 de enero, día de autos, Ricardo Suárez Álvarez se entregó en la noche del viernes en Ayamonte (Huelva), en la frontera con Portugal. Ante las cámaras admitió los hechos, aunque -dijo- no supo la identidad del fallecido hasta que lo vió en los medios de comunicación. «Disparé un puñado de veces, quité el cargador, puse otro y volví a disparar otra vez. Vacié dos cargadores, pero sin mirar al hombre», precisó. «Yo no soy ningún asesino. Me creía que era un gitano», apuntó en otro momento, antes de pedir a los jueces «un poco de consideración» debido al modo como se desarrollaron los hechos. El abogado de Súarez, Javier del Rey, afirmó que su defendido pasará a disposición judicial el próximo lunes, para prestar declaración sobre los hechos que acabaron con la muerte a tiros de Gaspar García, de 64 años y celador del Hospital Virgen del Rocío. Javier del Rey, que pactó la entrega con la Policía, declaró ayer en rueda de prensa que Ricardo Súarez «no ha hecho más que quejarse de su situación y arrepentirse de este hecho lamentable», y no sabe dónde están las armas usadas, pues las tiró. El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, aseguró a los periodistas que la Policía tenía localizado en Portugal a Ricardo, pero que optó por negociar la entrega para garantizar su detención inmediata

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