Diario de León

Es necesaria una normativa estatal para adoptar medidas que minimicen estos accidentes

Cada año mueren electrocutadas en España cerca de 30.000 aves

Águilas, buitres, cigüeñas y aves acuáticas están entre las especies más afectadas

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T. Fernández - león
León

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La muerte de casi 30.000 aves electrocutadas o por colisionar contra los tendidos eléctricos en nuestro país, junto con el uso de cebos envenenados, se ha convertido en la primera causa de mortalidad de la avifauna. Además, buena parte de ellas pertenecen a especies protegidas, lo que agrava aún más el problema. A título de ejemplo, sólo durante el año pasado fallecieron por esta causa 11 águilas imperiales, una especie de la que apenas quedan 400 ejemplares en España. Así se afirma desde las organizaciones ecologistas que reclaman una normativa estatal que obligue a las eléctricas a adoptar medidas que reduzcan al mínimo estos accidentes, especialmente en los «puntos negros», a reparar los tendidos más peligrosos y que los de nueva construcción pasen un estudio de impacto ambiental. En este sentido, según SEO/BirdLife, el Gobierno prepara desde hace dos años un decreto, cuya aplicación supondría una inversión cercana a 50 millones de euros. En el borrador se fijan normas de protección tanto para las nuevas líneas de alta tensión como para las ya construidas que se estén en zonas de paso de aves. Las torretas y postes deberán llevar aislantes y se establecen las distancias de seguridad entre crucetas y cables para que el ave no entre en contacto a la vez con las dos zonas. Según estimaciones oficiales, cada día mueren 70 aves electrocutadas o por colisionar contra tendidos eléctricos, y son mucho los puntos negros existentes. En uno de ellos, un tendido de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), en menos de dos años han perdido la vida cuatro ejemplares de águila imperial ibérica, dos de águila real y uno de águila perdicera. Además, casi la cuarta parte de los quebrantahuesos que aparecen muertos están electrocutados. En Canarias, la colisión es la principal causa de mortalidad no natural de la avutarda Buhara. En Castilla y León En nuestra Comunidad, las provincias de Ávila y Segovia son las de mayor riesgo para el águila imperial ibérica y el buitre negro. En Burgos, Salamanca, Soria y Zamora, las más afectadas son buitre leonado y águila real y perdicera. En Burgos, Palencia y Soria se han detectado colisiones de grullas, cigüeñas y aves acuáticas, mientras que en zonas del norte de Ávila y Salamanca, sur de Zamora y Valladolid, las aves esteparias son las más perjudicadas, especialmente la avutarda. Las colisiones se registran sobretodo en las zonas de paso preferente para las aves, por ser acceso a lagunas, humedales o vertederos. Los choques tienen lugar principalmente en las horas del crepúsculo, aunque la presencia de niebla o lluvia aumentan la cantidad de incidentes. Red Eléctrica Española, la compañía que distribuye la electricidad de alta tensión ha señalizado unos 600 kilómetros de cables, ubicados en los puntos negros de la red, con unas espirales de plástico de colores fluorescentes que simulan aves en vuelo. Según los ecologistas, queda mucho por hacer, especialmente en las líneas de media y baja tensión, que controlan el resto de las compañías eléctricas. En este sentido, Iberdrola viene instalando en Castilla y León balizas señalizadoras que aumentan la visibilidad de los cables evitando los choques. Para evitar la electrocución, se aíslan con cinta termorretráctil las estructuras y los cables en las zonas próximas de apoyo de las aves y se amplía la distancia entre los mismos. Actualmente, está implantando de forma experimental un nuevo modelo de cruceta que impide a las cigüeñas construir sus nidos en los apoyos eléctricos vitando tanto su electrocución como problemas en la red de cortes de suministro, averías o cortocircuitos.

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