Las centrales de ciclo combinado ganan la partida a las energías renovables

«Quién controla la energía en España» es el título de un informe de Greenpeace sobre los flujos financieros de las compañías eléctricas españolas en activos eléctricos durante el periodo 1998-2005. Bajo la premisa de que «quien controla la energía, cambia el clima», la organización ecologista ha dado a conocer los datos más relevantes sobre las seis grandes compañías eléctricas que operan en España (Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico, Enel-Viesgo y Gas Natural), en el periodo comprendido entre la aprobación del Protocolo de Kioto y la apertura de los mercados eléctricos, y la actualidad. La principal conclusión del informe es que las inversiones de las compañías apuestan por las centrales térmicas de gas de «ciclo combinado», las cuales son un 400% más elevadas que las realizadas para las energías renovables. De esta forma, en la actualidad, el parque de generación de las eléctricas españolas ha aumentado su capacidad de emisión de gases de efecto invernadero, aún teniendo en cuenta el hecho de que una central de «ciclo combinado» emite menos dióxido de carbono que una térmica de carbón. La aportación en España de estas tecnologías limpias es modesta si se compara con la cifra de las centrales térmicas y según ha afirmado Raquel Montón, responsable de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace, «las compañías eléctricas tienen en sus manos la posibilidad de que España cumpla o no con el Protocolo de Kioto». Iberdrola tiene en consideración esta tecnología (casi exclusivamente en Europa) con más de 3.000 Mw. eólicos, aunque por debajo de sus activos térmicos (11.240 Mw.) y nucleares (3.334 Mw.). Otras empresas, como Endesa, ha incrementado su parque de renovables en 1.615 Mw. Demandas planteadas El informe coincide con el cambio producido en el Ministerio de Industria, por lo que Greenpeace ha aprovechado para pedir al nuevo titular de ese departamento que trabaje a favor de las fuentes renovables y el ahorro energético, que -según este grupo ecologista- son la única solución posible y real para cumplir con Kioto. Las principales demandas planteadas por Greenpeace se resumen en que no se subvencione a las compañías eléctricas en la emisión de CO 2 , no asignando ningún derecho de emisión gratuito al sector eléctrico en el Plan Nacional de Asignación de Emisiones para 2008-2012. Piden, además, una Ley de Energías Renovables, esencial para que despegue la energía solar en nuestro país y se asienten otras, como la eólica; que desaparezcan los incentivos a las inversiones en nuevas centrales térmicas; un refuerzo de las políticas de ahorro y eficiencia energética; el cierre de las centrales nucleares y la suspensión del plan para construir un almacén temporal centralizado para los residuos radiactivos de alta actividad. Reclaman, por último, garantizar el derecho efectivo de los consumidores a elegir electricidad limpia mediante unas tarifas que reflejen los costes reales del suministro.