Diario de León

La Universidad de Salamanca y la Consejería de Medio Ambiente estudian su área de distribución

Galápagos: especies desconocidas y esquivas que pueblan nuestros ríos Ayuda a conocer su evolución y conservación

La progresiva pérdida de hábitats, el furtivismo o las especies exóticas son sus amenazas

Publicado por
M. Tré y M. Lizana - león
León

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En Castilla y León hay dos especies autóctonas de galápagos o tortugas acuáticas: el galápago europeo (Emys orbicularis) y el leproso o común (Mauremys leprosa). El primero se encuentra desde la Península Ibérica hasta Asia menor, incluyendo zonas del norte de África, mientras que el segundo habita prácticamente toda la Península, norte de África y una pequeña porción del sur de Francia. A pesar de su amplia distribución en España, la mayoría de sus poblaciones están en declive o seriamente amenazadas, siendo varios los factores que condicionan la regresión y posterior extinción. Los más importantes son la destrucción, alteración y contaminación de los medios acuáticos y la captura ilegal para su destino como mascotas domésticas. Accidentalmente, también pueden ser victimas de la pesca con caña o capturadas en nasas cangrejeras en las que suelen terminar ahogadas. Esto se debe al uso de nasas cerradas, prohibidas por la legislación, al suponer un peligro para galápagos y para un gran número de vertebrados acuáticos. Por otro lado, la liberación de especies alóctonas o exóticas, especialmente el galápago americano o tortuga de Florida (Trachemys scripta elegans), se está convirtiendo en un nuevo y grave problema para los autóctonos, que sufren la competencia directa de estas especies invasoras, como por ejemplo, por los lugares de asolamiento, que influyen en su tasa de supervivencia. Conocer su distribución La situación crítica por la que atraviesan los galápagos autóctonos y el desconocimiento de su estado en Castilla y León han impulsado un convenio entre la Consejería de Medio Ambiente y el área de Zoología de la Universidad de Salamanca, cuyo principal objetivo es determinar su área de distribución. El estudio, iniciado este año y con una duración de cuatro, está dirigido por Miguel Lizana y desarrollado por Gonzalo Alarcos, María José Fernández-Benéitez, Jaime Madrigal, Manuel Ortiz, Pablo García y Manuel F. Flechoso. Además, se pretenden esclarecer los factores que influyen más negativamente sobre ellos relacionando su presencia y ausencia con datos del hábitat muestreado. Paralelamente, se analizarán algunas poblaciones para determinar su estructura, demografía y abundancia. La distribución por edades, sexos y reproducción, entre otros parámetros, es muy importante para evaluar su estado de conservación actual y planificar estrategias para su supervivencia y estabilidad. Para ello, se utiliza la cuadrícula UTM (10x10 kilómetros), con un protocolo de muestreo aplicando técnicas sencillas, y teniendo en cuenta datos existentes como observaciones realizadas por miembros de la Asociación Herpetológica Española, guardería de la Junta, técnicos y asociaciones de pescadores. En cada cuadrícula se determinan los tramos de arroyos, ríos y otros medios acuáticos, potencialmente interesantes, utilizando las citas conocidas, mapas y fotografías aéreas o de satélite. Los galápagos tienden a encontrarse en zonas de poca corriente como remansos, pozas o azudes, donde tengan la posibilidad de insolarse durante el día y existan refugios y presas con las que alimentarse. Los muestreos consisten en colocar nasas adaptadas para la captura de galápagos y en realizar transectos (recorridos lineales) a pie y con prismáticos, aproximadamente de un kilómetro a lo largo del arroyo o río. Su efectividad es distinta y depende de la época del año, la hora y las condiciones meteorológicas. Durante las primeras semanas tras la hibernación las especies están en un periodo postletargo y da comienzo su época reproductora. La captura con trampas es puntual y no demasiado eficaz, por lo que la realización de transectos es muy importante. Las primeras horas de sol, utilizadas para la termorregulación de los individuos, son muy apropiadas para su observación. Su actividad se hace predominantemente crepuscular durante el verano, por lo que la colocación de las trampas da resultados excelentes. Se ha comenzado por las provincias de Zamora y Salamanca, quizá las que cuentan con mejores poblaciones, especialmente en Los Arribes del Duero y aledaños, y en las dehesas del sur y oeste de ambas. Hay que señalar la preocupante situación de las especies en la zona más oriental de Salamanca y toda la zona norte y este de Zamora, donde los pocos ejemplares encontrados son adultos viejos. Con los datos recogidos se obtiene la distribución inicial de las especies y se puede hacer una estimación de las cuencas que poseen mejores poblaciones. De esta forma, se empezará a tener una idea de la situación en Castilla y León, una de las comunidades españolas con menos datos publicados y muestreos realizados, lo que permitirá el diseño de un protocolo de trabajo que sirva para el diagnostico, evolución y seguimiento del estado de conservación en estudios futuros. Otro objetivo es proponer una red de zonas de especial interés para la conservación de los galápagos y su comparación con las zonas protegidas en la Red Natura 2000. También se propondrá a la administración una metodología de gestión y manejo de las poblaciones para su conservación futura. En cuanto a las especies exóticas, se pretende determinar su distribución actual y elaborar un plan para su control y recogida que contemple propuestas para la educación ambiental de los ciudadanos, dando a conocer el daño que hace en la naturaleza tanto la suelta de especies exóticas como la recogida de galápagos autóctonos.

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