A pesar de que se trató de que el acto fuera lo más íntimo posible, por deseo expreso del actor, cientos de admiradores se agolparon a las puertas del palacio de los Guzmanes para ver de cerca a su ídolo de la gran pantalla.
Los vivos colores de los pendones de León recibieron al actor a las puertas del Palacio de los Guzmanes. Dentro, en el claustro, más muestras de los símbolos más genuinos de la provincia, con la presencia de mastines adultos y cachorros y perros carea de pocos meses. Trajes regionales de distintas comarcas y muchas referencias a León en un claustro abarrotado deseoso de conseguir una imagen o una firma del afamado actor. Tras la ceremonia, el Himno a León de la Capilla Clásica cerró el acto.
El actor tuvo sentidas frases que levantaron el fervor de un público entregado que acudió al claustro del Palacio de los Guzmanes para rendir tributo al protagonista de «Alatriste».
El actor se sentó durante el acto entre el teniente alcalde del Ayuntamiento de León, José María Rodríguez de Francisco (izquierda) y el presidente de la Diputación provincial de León, Javier Gaarcía-Prieto, con quién quedó en comer un cocido en Valdeteja la próxima vez que visite León.
El secretario de la Sociedad canina leonesa, regaló al actor un cachorro de carea, una raza autóctona leonesa. Viggo Mortensen aseguró que se lo llevaría a Inglaterra (donde comienza a rodar su próxima película) y explicó que no quería perderse su infancia. Previamente le habían ofrecido dos mastines con los nombres de Alatriste y Aragorn, los últimos personajes que ha interpretado, a los que rechazó por su tamaño. El actor no se desprendió de Firme (nombre del perro) hasta que salió del despacho del presidente de la Diputación rumbo a La Bodega Regia.
El presidente de la Diputación, a la derecha, destacó «la mirada profunda y entrañable» de Mortensen a León. Agradeció al protagonista de «Alatriste» los ratos pasados en la montaña y sus gestos de reconocimiento a la provincia y a los leoneses, entre ellos, aludió a los argentinos que el norteamericano conoció en un bar del Cid y que también ?como él? son seguidores del equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro. «Dos tierras hermanas de León».
La Diputación y el Ayuntamiento regalaron a Viggo Mortensen, además de las insignias de oro, sendos diplomas, una reproducción del Cristo de Carrizo y el gallo de San Isidoro. Además, ya en el Ayuntamiento, recibió una medalla de la Virgen del Camino.
El actor afirmó que la provincia ofrece paisajes únicos «igual que el Curueño, pero es que eso es ta tan cerca...». Aprovechó, además, su faceta reivindicativa para transmitir a la Diputación la necesidad de «prestar más atención» a la carretera de la Collada de Valdeteja.
El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de la capital, a la izquierda, dió las gracias al actor por hacer León. «Nos sentimos orgullos de que lleves nuestra bandera por el mundo y, sobre todo, en el corazón». Rodríguez de Francisco pidió al protagonista de «Alatriste» que lleve la insignia de la ciudad con «honor, respeto y cariño».
El actor norteamericano ?emocionado tras el homenaje recibido de la Diputación y el Ayuntamiento de la capital? aseguró, mientras firmaba autógrafos a sus fans, que seguirá volviendo a León cada vez que pueda. «Uno se acuerda y sigue volviendo. Para mí León será siempre el corazón de España».
El actor se quedó prendado por la pareja de mastines con el que le obsequiaron. Con todo el dolor de su corazón tuvo que rechazarlos por el gran tamaño que alcanzan estos perros en su madurez, lo que le impidiría llevárselos a los rodajes.
Viggo Mortensen eligió a este carea llamado Firme al que se llevará a Inglaterra. «Viajaré a Roma, a Inglaterra y a Alemania, y no sé si me dejarán viajar con él. No quiero perderme su infancia», dijo.
Viggo se mostraba entusiasmado con su nueva mascota, a la que no paró de dar arrumacos.
El actor firmó uno de los pendones que la asociación Reino de León llevó hasta la Diputación para agasajarle. El actor escribió la leyenda «Gracias León, que viva». Además, en su mano llevaba la partitura del himno que cantó la Capilla Clásica.