Lo que da el aire del Gistredo Ayuntamiento San Andrés del Rabanedo CONCEJALÍA DE BIENESTAR SOCIAL

El a ire y el agua de Noceda del Bierzo, a la sombra del pico Gistredo, son las materias primas que han ayudado a que la vecina de esta localidad, Encarnación Arias Álvarez, alcanzara el pasado fin de semana a cumplir un siglo de vida. «Aire, agua y muchísimo trabajo» es el resumen que hacía de toda una vida en la que, como muchas de las mujeres de su tiempo, ayudó a criar a sus hermanos y prosiguió con la misma labor con hijos y nietos. Recuerda Encarnación los trabajos del campo y el cuidado de las ganaderías: «Era mejor salir con el ganado que quedarse en casa. Porque en casa no parabas ni un minuto y con los animales aún sesteabas un poco. Mi padre quedaba en casa cortando las patatas y a mí me tocaba arar las tierras. Era duro, muy duro. Yo no sé de qué se quejan ahora». Hacer el pan es otra de las actividades que Encarnación recuerda especialmente, ya que «hubo días de amasar hasta diecisiete hogazas, y luego comíamos mucho pan duro, no como ahora que está siempre del día». No fue tempranera en el casamiento «se casó ya con 31 años», señalaron sus dos hijas que la acompañaban en la celebración. Sin salir del pueblo La vida de Encarnación ha estado atada al pueblo, del que no ha salido salvo ocasionales desplazamientos a pueblos de los alrededores y a la capital leonesa. La poca salud de la más joven fue el motivo de sus escasos viajes fuera del pueblo. «Apenas ha salido de Noceda. Algún viaje a Ponferrada y a León por mi enfermedad. La única cura que tenía era renovar la sangre con transfusiones y ella me la daba», recordaba su hija, puntualizando que tenían que trasladarse a la capital cada dos días hasta conseguir la cura definitiva. «Fue duro pero se curó y eso es lo más importante», señaló Encarnación. La centenaria de Noceda, que reparte el tiempo en las casas de sus dos hijas, tiene además seis nietos y seis biznietos, «a los que echa mucho de menos; cada vez que marchan no para de preguntar cuando volverán». Todos ellos y más familiares, hasta alcanzar el medio centenar, se dieron cita el pasado sábado en Noceda para celebrar por todo lo alto su primer siglo de vida, la mayor de las alegrías para Encarnación, que se emocionó con los obsequios recibidos, entre ellos, el bastón del centenario de Diario de León y una placa del Ayuntamiento de Noceda, y destacó el más importante de todos : «Esta es la mayor alegría hija. Están todos mis nietos y mis biznietos y los sobrinos y todo. Es lo mejor de la vida». Fecha de nacimiento: 11 de noviembre de 1906. Lugar: Noceda del Bierzo. Residencia actual: Noceda del Bierzo. Familia: Tiene dos hijas (Pilar y Visita), seis nietos y seis biznietos.