El modelo alemán

HAY algo envidiable en la actual situación política alemana. Después de que muchos considerasen inviable o poco recomendable un Gobierno de coalición entre socialdemócratas y democratacristianos, estamos asistiendo a una lección de pragmatismo y de seriedad entre ambas fuerzas políticas, que debaten, pactan y cumplen con rigor lo acordado. Angela Merkel se está revelando, por otra parte, como la líder con capacidad de impulsar y fraguar esos acuerdos, una canciller que ahora -en pleno semestre alemán al frente de la Unión Europea- se dispone a atender el objetivo de una Europa políticamente unida y con peso real en el mundo. Es la primera noticia esperanzadora desde que el referéndum francés descalabró la Constitución Europea. Lo llamativo es que, mientras en España nuestros políticos acentúan sus discrepancias en asuntos como la negociación con ETA, la situación de De Juana Chaos o casi todas las cuestiones de política exterior, en Alemania hablan de reducir el paro, reconducir el Estado de bienestar de modo que no peligre en el futuro y mantener una economía competitiva con una balanza comercial exterior favorable. Entre tanto, en España nos limitamos a felicitarnos por la marcha de nuestra economía -sin que nadie se preocupe por el muy desfavorable desequilibrio de los intercambios comerciales- y nos volvemos a felicitar por nuestro acierto en la integración de los inmigrantes -sin darnos cuenta de que los problemas franceses los causa la segunda generación, es decir, la de los hijos de los que ahora están llegando y que no atendemos a tiempo-. En Alemania se debaten los problemas reales, mientras que en España sólo se habla de lo que más conviene electoralmente, según los estudios demoscópicos de cada cual. Y, claro, se echan en falta referencias a lo que nos importa.. Zapatero acaba de decirnos que seguirá buscando el fin de ETA sin enredarse más con Rajoy o Aznar. Algo es algo. Porque son muchos los asuntos que preocupan a los ciudadanos y que demandan respuestas de sus gobernantes. Estaría bien que se nos pegase algo del modelo alemán. Por el bien de todos.