Diario de León

El ADN está sometido a la acción de productos químicos, enzimas y factores ambientales

Unas proteínas de gran resistencia ayudan a luchar contra el cáncer

El ADN se debe reparar rápidamente y con precisión para mantener el genoma íntegro

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M. García - león
León

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Según un ninforme hecho público por el especialista británico Richard Maino, se trata de unas proteínas diminutas y casi inmortales que se parecen mucho a los humanos en sus mecanismos de duplicar y reparar su ácido desoxirribonucleico (ADN), lo que podría arrojar nueva luz sobre el funcionamiento del cuerpo humano. Dada su extrema resistencia al medio, los organismos unicelulares Archaea se pueden considerar un tipo especial de proteínas que son más fáciles de estudiar que las humanas. El equipo del Centro de ciencias biomoleculares, dirigido por el profesor Malcolm White, hizo ese descubrimiento mientras investigaba unas proteínas llamadas helicasas, que separan los distintos tramos del ADN. Las helicasas son fundamentales en la duplicación y reparación del material genético y los fallos en esas proteínas pueden hacer que aumenten los casos de cáncer. Concretamente, el equipo descubrió que una familia de helicasas, importantes en la prevención del cáncer de mama y de piel, tenían un grupo de átomos de hierro y azufre. Este conjunto hierro-azufre es esencial para la actividad de las helicasas y se sabe que las mutaciones que impiden su formación producen casos graves de aparición de cáncer en las personas. El profesor White ha explicado que el hierro es muy importante para el cuerpo, pero no se había sospechado esta relación con la reparación del ADN. Este descubrimiento ha sido posible porque se investigaba un organismo muy sencillo, pues hubiera resultado mucho más difícil con proteínas humanas, lo cual pone de relieve la necesidad de la investigación básica como parte de nuestro esfuerzo por entender y combatir el cáncer. Semejanzas con los humanos En 2002 el profesor White descubrió que las Archaea tienen muchas e inesperadas semejanzas con los humanos. Muchas Archaea son extremófilas, que viven en condiciones extremas como temperaturas hasta de 100ºC. Se encuentran en los géiseres y alrededor de los volcanes submarinos. Pero otras viven en el hielo o en aguas muy salinas, ácidas o alcalinas. Otras Archaea son mesófilas y se encuentran en medios como los humedales, en las aguas residuales, en el mar o en la tierra. En el tracto digestivo de animales como los rumiantes, las termitas y las personas se encuentran Archaea metanógenas. Normalmente son organismos inocuos y hasta ahora no se sabe que hayan dado lugar a enfermedades. El profesor White es experto en estas proteínas, muy adecuadas para hacer estudios estructurales. Hablando de su trabajo, explica: «El ADN está sometido al asalto continuo de productos químicos, enzimas y otros factores ambientales, y se debe reparar rápidamente y con precisión para que se mantenga el genoma en su integridad. Ese papel reparador se realiza por diversos mecanismos, como la excisión de los nucleótidos y la recombinación de los homólogos». «Hemos estudiado esos mecanismos en la Archaea, un grupo de procariotas que son el tercer paso de la vida, entre los eucariotas y las bacterias. Los mecanismos de los procesos de información en las Archaea (como la transcripción, la traducción y la replicación del ADN) son buenos modelos para saber lo que sucede en los eucariotas, mucho más complejos».

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