Diario de León

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Los huertos fraguan su fiesta

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Ana Gaitero - leon@diariodeleon.es
León

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Fiesta de la recolección Sin ser verdura ni hortaliza, el hierro se convirtió ayer en el protagonista de los huertos de La Candamia, que rindieron homenaje a los oficios de herrero y cribero con motivo de la fiesta de la cosecha. Pedro García, uno de los hortelanos de entre los más de cien jubilados que labran los surcos municipales, La fragua, con el vistoso fuelle de una antigua herrería de Valdealiso, fue el escenario de la didáctica fiesta en la que Roberto López Canal, maestro de forja del Centro de los Oficios de León, y Ángel González Satué, fueron los artistas, o mejor dicho, los artesanos principales. El más joven hizo gala de su pericia con el martillo sobre el yunque, mientras Carlos avivaba la llama con el potente soplido del fuelle. Tenazas en mano, el maestro mostró cómo reparar algunos aperos de labranza y el proceso de fundición y forja de tenazas, clavos y espirales. El público, embelesado, exclamaba cada vez que levantaba una pieza recién terminada y la enfriaba en el caldero de agua. Ángel González Satué, a sus ochenta años, tuvo humor y paciencia para tejer los cribos de alambre que antaño se utilizaban para cribar las alubias. «Ahora las habas van desde la máquina para el almacén, ya no se venden», aclara el hombre, que ha menguado las medidas del tradicional cribo para entretenerse haciendo piezas de adorno con la madera de haya -la mejor, pero la más cara- que le ha conseguido, no sabe muy bien cómo, Concha Casado, que disfrutaba de la demostración entre el público. González Satué pertenece a un linaje de trilleros de Cantalejo, el pueblo segoviano donde son famosos los empedradores de trillos. Su abuelo se instaló en Palacios de la Valduerna, cuenta Ángel, y ya vendía los cribos en Priaranza de la Valduerna y en Tabuyo, donde a su vez compraba pieles que luego vendía en Astorga. «Yo todo eso lo hacía andando, mi padre y yo ya lo hicimos a caballo», aclara. Y llegaron a hacer 300 cribos de alambre y otros tantos de cuero por temporada, «y los vendíamos en La Virgen del Camino». Eran otros tiempos... La fiesta de la recolección comenzó el lunes con una lección práctica sobre el abonado correcto para los huertos. Después de una semana en la que han aprendido muchas cosas sobre el hierro y los vehículos no contaminantes, la fiesta tiene hoy sus actos centrales a partir del mediodía con misa, comida compartida y concurso de magdalenas, animado todo ello por la dulzaina. El coordinador de los huertos, Senén Bernardo, agradece la «gran colaboración» del Centro de los Oficios y del servicio de Jardines.

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