Retiran un preparado infantil de soja con intolerancia a la lactosa La generación más satisfecha

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) está coordinando la retirada de tres lotes de un preparado infantil a base de soja destinado a lactantes con intolerancia a la lactosa o con alergia a la proteínas de leche de vaca al detectarse la presencia de éstas. Según informó ayer el Ministerio de Sanidad y Consumo, el producto, llamado Velactin, ha sido distribuido en todas las comunidades. La Aesan recomienda a los padres de lactantes alérgicos a las proteínas de leche de vaca que tengan en casa algún envase de los lotes 704962, 707641 -botes de 400 g- y 704961 -sobres de muestras comerciales- de dicho producto que no los consuman, aunque no supone ningún riesgo para la población no alérgica. A raíz de una reclamación en Cataluña de los padres de una niña de 20 meses, consumidora habitual de este producto, a quien el preparado le ocasionó una reacción alérgica, la empresa inició la investigación correspondiente y detectó la presencia de proteínas de leche de vaca en el lote que consumió. La empresa responsable, Nutrition&Santé Iberia SL, está procediendo a la retirada del mercado, para su destrucción, de todas las unidades de los lotes afectados y, como medida de precaución, el lote fabricado posteriormente (707641), mientras no se pueda verificar su seguridad. Gozan de un equilibrio y satisfacción relativos en varios órdenes de la vida diaria, desde su situación económica y laboral hasta su estado de salud y su vida social, en la que juega un papel determinante las relaciones con sus familiares más directos. Tienen, por tanto, recursos propios «aparentemente suficientes, pero no abundantes». Son los integrantes de la denominada generación de la transición, los que ocupan una franja de edad entre los 50 y los 70 años. Una denominación que obedece a un grupo social que está transitando del mundo laboral a la jubilación y que, en su día, protagonizó la transición política, económica y social española en los años 60 y 70. Entre esta cohorte de edad, aquellos que todavía siguen trabajando tienen como punto de mira esencial a medio plazo un concepto, la jubilación, y un calificativo, anticipada. La sitúan idealmente en los 60 años, si bien son conscientes que no la conseguirán hasta que alcancen, al menos, los 63 años. A grandes rasgos, éste es el retrato robot de los integrantes de esta franja de edades, tal como se desprende del estudio, patrocinado por La Caixa, La generación de la transición: entre el trabajo y la jubilación , elaborado por Victor Pérez-Díaz, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, y Juan Carlos Rodríguez, profesor asociado de la misma universidad. En base a un trabajo de campo en el que se realizaron 808 encuestas, el informe califica de «crucial» a este segmento de la población española. Máxime cuando, según Pérez-Díaz, «la gente mayor es el futuro, va a decidir cada vez más, y por supuesto por encima de los jóvenes». Si algo destaca entre sus integrantes es la impresión de equilibrio, aunque sea relativo, en todos los órdenes vitales. «No es una generación arrinconada, solitaria o excluida»; es más, tiene una experiencia social «rica y extensa». La generación de la transición, sostiene el catedrático, ha sido fundamental en la historia de España del último medio siglo, coincidiendo con la «transformación determinante del mundo rural». Además, se ha visto abocada a experimentar cambios abruptos, que culminan ahora con el paso del trabajo a la jubilación. No se puede definir a los integrantes de esta generación como «activistas políticos», sugiere Juan Carlos Rodríguez, si bien muestran su preocupación por el futuro político del país y es el grupo social quizá «más identificado con España», sentimiento que se extiende entre el 80 y el 90% de los encuestados, sea cual sea su comunidad de origen. «Son de los que se sienten más orgullosos de ser españoles y, aunque no hablen a menudo de política, sus tasas de participación electoral son altas».