Y va de congresos

ES QUE NO PARAMOS. Como aquel que dice y como el que no dice nada, no se acaban de dispersar los ecos de vítores y lamentos derivados del resultado de las últimas elecciones y ya estamos conformando los batallones para lucha por el puesto de compromisario. La pelea, por lo que se refiere al Partido Popular, se anuncia árida, amarga y sin cuartel. Y a quien Rajoy se la de, todavía tendrá que contar con la Dama de Arintero, la señora Aguirre y con el intrépido alcalde de Madrid, capital de las Españas. Y ahí sí que se escuchará el rechinar de dientes y refulgirán al sol de los aceros. Porque según los datos que recogemos de este mismo periódico "El Partido Popular celebra en toda España las Asambleas provinciales que elegirán a los 2.540 compromisarios, que se sumarán a los 485 natos que pertenecen a la Junta directiva nacional hasta llegar, si es que llegan, a los 3.025 que asistirán al Congreso Nacional de Valencia, en el mes de Junio". Y el solo enunciado de la composición de tan ardua asamblea y la seguridad de que a ella acudirán con toda su carga dinamitera los unos y los otros, quedando al final el campo con los consabidos muertos y los presumidos supervivientes que de antemano se dividen entre los que se unirán a la hueste de Doña Esperanza Aguirre y los que seguirán al señor Gallardón, todavía alcalde de la Villa y Corte, aunque sin conocer el color de su futuro. No cabe alarmarse. Esta vez sí que de verdad y con todo el derecho del mundo, figurará una nutrida y gloriosa representación del Viejo Reino, con nada menos que con cuarenta y un compromisorio de toda índole y condición, con la presidenta por antonomasia, doña Isabel Carrasco, como capitana del núcleo representativo de una circunscripción que no está muy acostumbrada a figurar en los anales para compromisarios de nada¿ Según las señales metereológicas, durante los días de reunión asamblearia para saber y aceptar sin acritud los posibles resultados de esta magna asamblea, cesarán las tormentas y saldrá el sol por las cumbres de La Candamia. Y después de los "encuentros" de los unos con los otros y con quien se ponga por delante, seguirá el llamado país Llionés lo mismo que estaba desde tiempos antiguos, sin que se mueva ni una piedra ni un puesto político. Y si algún representante acaba por asumir responsabilidades que redunden en beneficio de la comunidad, seré porque los elegidos si son españoles ni será posible separarles de sus cargos. Y aunque seguirá la pelea entre partidarios de los unos y de las otras, no llegará la sangre al Bernesga. Y quedará como resultado de los debates que el que tenga padrino será bautizado y el que no disponga de amparador legal, acabará judío¿ Deseamos, pues, a todos los que consigan el puesto que al parecer tienen ahí y a los que no les llegó el miedo al culo, un puñado de padrinos de buen aire.