Fatu les pelotes
CUANDO el presente anda huérfano de emoción o motivo, se hurga en la historia familiar o tribal, se entresacan hazañas, mitos o riquezas perdidas... y entonces, cualquier tonto con capirote tiene un pasado glorioso, unos parientes que fueron la reórdiga o unos reyes que les nombran condes del Olvido en sus delirios soñados. Necesitan imperiosamente lamerse y masajearse el orgullo (cascarse la memoria, dicho en plata) y empiezan a ser manía los defiles historicistas y los novelones con patrañas verdadosas.
Ahora, por si fuera poco, se anuncian centenarios de pasados muertos y reinos perdidos («mi mundo no es de este reino», dijo el profeta) y se nos va a echar encima la gran cascada de emperadores de adobe, urracas, adefonsus, infantas, asesinos con genealogía, cabrones monteses y ladridos beatificados, gentes que hoy no soportarían un juicio sin acabar directamente en galeras. Pero hay que celebrarles. ¡A sacar pecho y viruta! Dale que dale al almirez, que sobra perejil y morterada: ¡somos leoneses, nietos de Ordoño II y de Pelayo, tataranietos de Viriato, sobrinos de Santocildes, yernos del abad de Sahagún y biznietos de Poncio Pilatos! que, como todo el mundo sabe, nació en Astorga según deduce la Historia, pues en Astúrica Augusta era entonces cónsul su padre... y ahí le tienes, un pamplinas y un pelanas que sin mayor mérito se inmortalizó con sólo pedir una palangana.
Hay que restaurar el orgullo del reino y vale todo. Elijamos un rey entre los bribones o escojamos a una miss del
para hacerle un calendario relicario, solidario... y sin sudario la titi, que se le vean las bragas de hierro. Te vas a hartar de historias, euforias, memorias y escorias. Ahí la tienes, bailalá, y no le quites el mandil.
En un futuro que ya está aquí, las nuevas cofradías serán de ropón teatral y atrezzo de peli, carnavalito palaciego y cuartelero para conmemorar guerras, épicas medievales, órdenes de caballería con caballeros y caballeras o batallas nunca ganadas. Los cómics caros han hecho mucho daño a los nacionalismos baratos.
¿Quién se extraña de que venga después un
decretando que todas la comunicaciones y papeleo administrativo del untamiento se rotule obligatoriamente en una lengua única que no existe y nadie entendería?...
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