Diario de León

Gente de aquí | Huele a morcilla, sabe a León

Un pueblo que es León

La ciudad se reencuentra con la tradición subida a los carros y los pendones

Los pendones lucieron en el cielo de León, calle Ancha arriba, hasta la Catedral.

Los pendones lucieron en el cielo de León, calle Ancha arriba, hasta la Catedral.

Publicado por
a. caballero | león
León

Creado:

Actualizado:

Cuentan que se reían cuando entraron los guardianes. A sus pies se ofrecían catorce manos y siete mancas con los muñones cicatrizados por brasas y un bálsamo que les habían dado en la iglesia de León. Era su forma de luchar contra el tributo al califa de Córdoba, que las devolvió a casa nada más conocer su gesta. Una más, silenciosa, de las muchas que perviven en el acerbo del pueblo leonés; ese pueblo que también se ríe a pesar de tener las manos atadas y las alas pintadas de broma en la espalda. Foro u oferta, se empeñan en dirimir el cabildo catedralicio y el consistorio, sin darse cuenta de que tributo siempre es el mismo y la limosna perecedera.

Pero llega San Froilán cogido de la mano de las últimas cien doncellas que se libraron de bajar al moro y León se acuerda de que la ciudad es un pueblo metido dentro de las murallas, alzado en los pendones de los mozos que se encabritan cuando miran al cielo y ven la Catedral, transparente en los ojos de las rapazas que lucen galas dentro del carro... Huele a morcilla, sabe a León. El que no se ría, que esconda la primera mano.

tracking