Diario de León

Gente de aquí | El fin del destierro

El abrazo de Arty

La calle Ancha recuperó ayer los conciertos del músico, cinco meses ausente de este escenario

Arty cumplió ayer con los deseos de miles de leoneses, que echaban de menos su música en la calle An

Arty cumplió ayer con los deseos de miles de leoneses, que echaban de menos su música en la calle An

Publicado por
L. urdiales | redacción
León

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Corren los sones por la calle Ancha, patria de Artem Valerievich Eremin desde que abandonó su natal península de Crimea, república de Ucrania. Acabó el destierro, regresó la música, que siempre encabeza la lista de productos a prescribir para amansar a la fieras, las alimañas, de la familia de los malos. La música, igual que los libros, es una de las principales preocupaciones de los poderosos. Arty interpreta música, contagia música, maneja un acordeón del que mana la música. Y la música se expande, y crea adición. Hay 4.727 adictos a la música de Arty; un fenómeno. También el músico, que recién llegado de la orilla del mar Negro interpretó Esta noche ha llovido, mañana hay barro, e hizo que por la calle Ancha se elevara la melodía como por el puente de Carlos y el río Moldava se suspende la tercera de Gustav Mahler.

Ayer volvió a suceder; se sentó el maestro, abrazó el acordeón y se dejó llevar por los dedos. La calle Ancha, que es la patria de Artem Valerievich, recuperó el tono que adquirió cuando Arty la convirtió en pasarela de su música, cuando llegó a León, a aquel León que no tenía puertas que cerrar y vivía aún pendiente e incrédulo de lo que habría detrás de los nubarrones. Vuelve Arty a demostrar que con acordeón y partitura es difícil acallar a los vencejos; que la funda que pone en la calle es a modo de sombrero, por si al transeúnte le sobra calderilla en el bolsillo. Vuelve Arty y regala a los niños una tarde dulce de paseo, ahora que el frío amenaza con pasarse otro invierno en la ciudad. Volvió el concierto matinal a la calle Ancha. Es un signo de esperanza. Al fin y al cabo, más ponzoña y pestilencia sufrió la Italia de los Médicis y floreció el Renacimiento.

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