Diario de León

Las pruebas del déficit de atención

Alenhi trae a León al equipo universitario que valida un modelo diagnóstico parala hiperactividad basado en ondas eléctricas y flujo sanguíneo en el cerebro

La medición de las ondas eléctricas del córtex prefrontal es una de las pruebas del diagnóstico.

La medición de las ondas eléctricas del córtex prefrontal es una de las pruebas del diagnóstico.

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ana gaitero | león
León

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La neuroimagen es la prueba más certera para el diagnóstico del trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. «Un sujeto con Tdah tiene claras diferencias con el resto. Pero cuesta 600 euros», apostilla Celestino Rodríguez, psicólogo y profesor titular de la Universidad de Oviedo que participa en el proyecto de investigación para validar un nuevo modelo de diagnóstico de este trastorno, que afecta al 3-5% de la población escolar, y frecuentemente se prolonga en la edad adulta.

El nuevo modelo diagnóstico está basado la medición de las ondas eléctricas a nivel cerebral en el córtex prefrontal, donde se localizan las funciones de memoria operativa y atención, entre otras (prueba Q-EEG); la fluidez sanguínea en la misma zona cerebral a partir de un hemoencefalograma (prueba HEG), puesto que se sabe que las personas con déficit de atención tienen menor intensidad de flujo; y, por último, un estudio de ejecución de tareas (prueba TOVA).

Las dos primeras «son pruebas bastante objetivas sobre cómo funciona el cerebro», explica Rodríguez, mientras que la tercera trata de desvelar aspectos de la persona estudiada en relación con su predisposición a la ejecución de tareas. «Puede ser que una persona tenga disposición para atender pero no para ejecutar, lo que nos llevaría a determinar, por ejemplo, un problema de motivación», agrega.

La asociación Alenhi trae a León el vienes 15 de abril al equipo de la Universidad de Oviedo que trabaja con este nuevo modelo diagnóstico con el fin de ofrecer a las familias información de primera mano acerca de la nueva herramienta que está en fase de validación y se desarrolla en colaboración con la Universidad de Gerona y la Universidad de Los Ángeles.

Estas pruebas se complementan con la evaluación de las dificultades de aprendizaje y los problemas emocionales y de ansiedad que suelen acompañar al déficit de atención. «Con toda esta información se puede realizar un perfil diferencial de cada persona, puesto que no existe un tdah igual a otro», recalca.

La importancia del diagnóstico no es baladí, puesto que del mismo «va a depender la intervención», que varía en función de que las características que primen sean el déficit de atención, la hiperactividad o la motivación.

El modelo con el que trabajan a nivel experimental tiene que desarrollarse y someterse a un proceso de validación científica. La investigación se realiza bajo el paraguas del Adir, el grupo de excelencia de la Universidad de Oviedo que trabaja en torno a estrategias de aprendizaje y rendimiento.

Celestino Rodríguez realizó su tesis doctoral sobre el Tdah en la Universidad de León y conoce muy de cerca el trabajo que desarrolla la asociación leonesa Alenhi. «La vi nacer y sé que realizan una labor muy importante».

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