Tomando las riendas

La menopausia y el «gran fiasco de la terapia hormonal sustitutiva», la «invención» de la disfunción sexual femenina después del éxito comercial de la Viagra, el discurso que trata de convencer a las mujeres jóvenes de que «la regla es algo prehistórico» para vender la píldora que amplia a tres meses su periodicidad, la patologización publicitaria de actividades normales cuando se trata de mujeres (si tocas la batería te duele la cabeza o el brazo) ¿ Salud y mujer, negocios, mitos y tecnología salieron a relucir en las XV jornadas culturales de la asociación Flora Tristán, que se celebraron el sábado en León. La ginecóloga Elisa Sesma incidió en la importancia de que las mujeres «tomemos las riendas de nuestra salud con información y dejemos de ser pasivas». Y propuso alternativas «más sociales» empezando por plantearse «sentirse bien, ser asertiva y expresar lo que siente, dejar de ser mujer para...» Dijo que la salud no sólo tiene aspectos biológicos, sino también sociales y psicológicos. En este sentido, denunció el «infradiagnóstico y la tendencia a achacar patologías femeninas a los nervios», cuando hay un 26% de patologías subclínicas como tiroiditis y ferropenias e incluso infartos de miocardio que no se detectan por tener una sintomatología diferente en hombres que en mujeres. La ginecóloga dijo que las conductas de riesgo frecuentes en la adolescencia (anorexia, enfermedades de transmisión sexual) están relacionadas con una sexualidad enfocada sólo desde el punto de vista masculino: los pechos, las nalgas y la cintura forman parte de esa erótica. La médica alertó de la trascendencia de la educación sexual entre los jóvenes y el riesgo que se corre de facilitar métodos contraceptivos (como la píldora del después) de una forma mecánica y sin ofrecer información. Como experta, echa en falta la existencia de estos programas específicos en los centros de salud o de planificación familiar donde se prescriben las píldoras postcoitales. Por otro lado, calificó la reproducción asistida como una «tecnología respetable si la mujer lo acepta», pero hizo hincapié en que «la gente se informe de los riesgos físicos y psicológicos que comporta: hay personas que se empeñan hasta dejarse la piel». Asimismo, abogó por una maternidad y una paternidad compartidos frente al estereotipo de «mujer ideal» que «tiene que ser madre a toda costa». Otro problema social que afecta a la salud de las mujeres es la doble jornada: «Parte de las neurosis pasan más por estados de insatisfacción, falta de valoración en el trabajo, ausencia de ayuda en las tareas domésticas y una sexualidad que no le satisface». Respecto a la terapia hormonal reconoció que en ocasiones «la prescribo», pero en términos globales «ha sido un engaño a gran escala de los laboratorios farmacéuticos».