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Nuevos avances en la rehabilitación del daño cerebral (y II) El «Helicobacter pylori» sigue dando sorpresas a los científicos

La bacteria causante del 85% de las úlceras gástricas todavía no ha descubierto todos sus efectos. Un grupo de investigadores demuestra que su presencia protege a los niños frente al asma, fiebre del

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JULIÁN ÁLVAREZ GONZÁLEZ PSICÓLOGO CLÍNICO DEL CENTRO DE REHABILITACIÓN «EL PORTILLO» C. Tapia - león
León

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CON LAS TÉCNICAS de retroalimentación biológica hemos logrado grandes avances y se anuncia un panorama muy halagüeño para todo aquel paciente que presenta deterioros graves a nivel orgánico. No obstante, todavía faltan por resolver muchos problemas, tales como la extinción de las funciones adquiridas, al eliminarse los controles experimentales, además que en tareas complejas no se alcanza una precisión normal. Es necesario, por lo tanto, estudiar mas a fondo los avances y efectos de la retroalimentación biológica para tener una visión objetiva de lo que se puede lograr con estas técnicas y no darle falsas esperanzas al paciente. Pero, sin duda alguna, hay muchos hechos y datos satisfactorios que apoyan las ventajas de estos métodos que pueden estar al alcance de las personas afectadas que deseen obtener sus beneficios. Sin duda ninguna, las técnicas de biofeedback, han revolucionado la concepción de que no se puede controlar los sistemas orgánicos vegetativos, y han abierto las puertas para aplicar los principios del condicionamiento a las respuestas del organismo. Hay que resaltar un hecho sumamente importante que se debe tener en cuenta a la hora de trabajar en un cambio conductual especifico y que todo científico cuidadoso que se preste no pierde de vista, y que es el siguiente: para asegurar el éxito de la modificación de respuestas es necesario estructurar detalladamente el programa a seguir, de tal forma que la persona pueda, desde un principio ejecutar aunque sea un mínimo de la actividad y obtener por consiguiente reforzadores desde la primera sesión terapéutica . Si la conducta deseada no se encuentra en el repertorio del individuo, el paso a seguir es moldeársela por aproximaciones sucesivas y reforzamiento diferencial, y no esperar a que se de la respuesta por si sola, lo que provocara el fracaso de la terapia, sobre todo en el caso de las personas impedidas que llevan tras de si una historia muy larga de fallos y de fracasos en la realización de ciertas tareas. No se puede descuidar esto si se desea una mejora. El objetivo fundamental de la rehabilitación consiste en dirigir todos los esfuerzos a que la persona gane los estímulos pertinentes, para que triunfe sobre su discapacidad y así conseguir su autonomía personal. La función del científico de la conducta dentro de la rehabilitación de los distintos tipos de daño cerebral, es la de ajustar o adaptar a las personas discapacitadas a su ambiente, estableciendo respuestas nuevas, manteniéndolas, cambiándolas o eliminándolas, utilizando para ello las técnicas y métodos derivados del análisis experimental de la conducta como son: los programas de reforzamiento, el moldeamiento, el control de estímulos, la extinción, el castigo, el tiempo fuera, etcétera. De hecho, los procedimientos conductuales han demostrado ser eficaces para lograr que caminen sin apoyo los individuos que físicamente son capaces de dar esa respuesta, pero que no lo hacen por la ausencia de contingencias adecuadas; para establecer repertorios motores finos en los pacientes tetraplejicos atetosicos; para eliminar el babeo reforzando el mantener la boca cerrada y el tragar, etc. Además, gracias al uso de la retroalimentación biológica (biofeedback ), se ha podido mejorar la marcha de las personas discapacitadas; obtener la respuesta de presión en individuos hemipléjicos, así como el control del cuello en tetraplejicos espásticos y controlar los movimientos asociados del cuerpo para mejorar el proceso de leer de los pacientes con parálisis cerebral. Por todo ello, el campo de trabajo del psicólogo especialista en rehabilitación y en la terapia de las personas discapacitadas es muy amplio y sus aportes son valiosísimos, pues mediante el uso de las técnicas y métodos de modificación de conducta y de biofeedback señalados anteriormente de manera sucinta, hemos logrado establecer las respuestas de sentarse, caminar, etc, en pacientes con parálisis cerebral infantil y con retraso en el desarrollo así como en individuos con graves daños cerebrales, demostrándose de manera practica y sencilla el aporte del psicólogo a la rehabilitación de esta clase de pacientes. Allí donde exista un déficit sensorio /motor que no se pueda remediar médicamente, pero en el cual existan posibilidades fisiológicas de recuperación, le compete al científico de la conducta establecer los cambios pertinentes en el medio para reducir al mínimo los problemas que este deterioro causa y contribuir así a la adaptación integral del discapacitado a su ambiente, desarrollando al máximo sus capacidades individuales, las cuales le van a permitir que compita en la sociedad de individuos sanos, alcanzando dentro de sus limitaciones su independencia, y su rehabilitación psicosocial e integración sociolaboral. La bacteria Helicobacter pylori , presente en el estómago de la mitad de la población, sigue dando sorpresas a los científicos. Su relación con el 85% de las úlceras gástricas está fuera de duda científica tras el descubrimiento de los australianos Robin Warren y Barry Marshall, que cambió radicalmente la historia natural de la gastroenterología y que les hizo merecedores del Premio Nobel de Medicina en el año 2005. La conveniencia de erradicar o no esta bacteria tras detectarse su presencia es uno de los debates médicos que se zanjó en el año 2005 en una conferencia de consenso en el que no se consideraba necesario acabar con la infección en los pacientes que no presentaban síntomas. Los especialistas consideran que acabar con la bacteria con un tratamiento combinado de antibióticos ocasionaría más resistencias que supondrían un problema de salud más importante del que se pretende eliminar. El avance de las investigaciones demuestra que los expertos tenían razón. Un estudio publicado en el último número de The Journal of Infectious Disease demuestra que la bacteria protege a los niños frente al asma. La investigación se ha seguido la evolución de 7.000 personas atendidas en el Centro Médico Langone, dependiente de la Universidad de Nueva York. Yu Chen, autor principal del estudio, ha explicado que el trabajo sugiere que la ausencia del Helicobacter en el estómago de los niños puede ser una posible explicación del incremento del asma en la infancia, según se recoge en la edición digital del Diario Médico . El estudio demuestra que en los niños con edades entre los 3 y los 19 años, los que eran portadores de la bacteria tenían un 25% menos riesgo de asma. El impacto es más potente en los niños con edades comprendidas entre los 3 y los 13 años, puesto que eran un 50% menos propensos a desarrollar asma si portaban la bacteria. Además, los resultados del estudio evidencian que los niños y adolescentes colonizados con la bacteria eran un 40% menos propensos a desarrollar fiebre del heno, alergias y eccemas. Una locura que redujo ingresos El descubrimiento de la participación de esta bacteria en las úlceras gástricas revolucionó el sistema sanitario mundial. Pese a que los dos científicos australianos avanzaron los resultados de su investigación en la revista Lancet en el año 1983, no fue hasta el año 1991 en que el descubrimiento fue aceptado por la comunidad médica. Hasta entonces fueron considerados locos. Warren y Marshall demostraron que ni el estrés ni la alimentación intervienen en los procesos ulcerosos de los pacientes y sólo el 15% de las gastritis están provocadas por la ingesta de antiinflamatorios y las aspirinas. A finales de los años 70,el 80% de los pacientes ingresados en las salas quirúrgicas eran enfermos ulcerosos. La erradicación se produce gracias a la administración de un tratamiento combinado de antibióticos y un potente inhibidor de secrección ácida, por la resistencia de la bacteria. Es por lo que hoy en día la úlcera está considerada una enfermedad infecciosa. El contagio de la bacteria es fecal oral. Entra por la boca, coloniza en el estómago y se elimina por las heces desde donde puede contaminar aguas y alimentos. Los especialistas sugieren que una buena higiene sociosanitaria en general, una buena calidad de las aguas y un buen estado de nutrición general es la mejor garantía para evitar el contagio. Pese a que la mitad de la población está infectada, sólo el 10% de los que tienen la bacteria padecen úlcera. LA OMS considera al Helicobacter pylori un carcinógeno del grupo 1, es decir, que existe la posibilidad de que los pacientes genéticamente predispuestos acaben desarrollando un linfoma gástrico o cáncer de estómago. La comunidad científica desconoce las respuestas a estas preguntas, que, de saberse algún día, facilitará los tratamientos sólo a los pacientes con riesgo. Los médicos consideran que los enfermos de úlcera gastroduodenal, linfoma gástrico o con antecedentes familiares de cáncer de estómago son los candidatos a recibir tratamiento. pero el médico será el que valore cada caso particular..

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