Diario de León

En primavera, así fue el fin de los dinosaurios

Un equipo de investigadores europeos determina, gracias al análisis de huesos de esos peces, que el impacto provocó la muerte en pocos minutos de miles de especies de pescados

Réplica de Chilesaurus diegosuarezi, descubierto en Chile el 16 de febrero de 2022. ALBERTO VALDÉS

Réplica de Chilesaurus diegosuarezi, descubierto en Chile el 16 de febrero de 2022. ALBERTO VALDÉS

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De repente, el mundo se convirtió en un infierno. Incendios, terremotos, tsunamis, polvo, lluvia ácida... Sucedió hace 66 millones de años, a finales del Cretácico, tras la caída de un asteroide de 12 kilómetros de diámetro en la actual península de Yucatán (México). Abrió un cráter de 180 kilómetros, lanzó a la atmósfera millones de toneladas de polvo y rocas —que al caer formaron una capa en toda la Tierra que contiene iridio, por encima de la cual no hay restos de dinosurios— y en lo que hoy es Dakota del Norte (Estados Unidos) murieron en minutos miles y miles de peces. Ahora, un equipo de investigadores europeos ha determinado, gracias al análisis de huesos de esos peces, que el impacto que acabó con el reinado de los dinosaurios ocurrió durante la primavera del hemisferio norte.

La gran extinción de hace 66 millones de años intriga todavía a los científicos. «Se calcula que desaparecieron el 76% de las especies, mientras que en la del Pérmico, hace 250 millones de años, lo hizo el 90%. La del Cretácico es una de las crisis biológicas más estudiadas y se sabe que fue muy selectiva», indica el paleontólogo Xabier Pereda Suberbiola, de la Universidad del País Vasco y que no ha participado en el estudio que publica la revista Nature . Aunque se extinguieron los dinosaurios, los pterosaurios, los amonites y muchos reptiles, sobrevivieron las aves, los mamíferos, los cocodrilos y las tortugas.

En Dakota del Norte, el yacimiento de Tanis contiene gran cantidad de animales y plantas muertas en los minutos posteriores a la catástrofe debido a movimientos masivos de tierra y agua que los enterraron vivos. «Se les cayó el mundo encima», resume el paleontólogo bilbaíno. Los fósiles de esturiones y peces espátula de Tanis tienen esférulas —perlitas de vidrio— producidas por el impacto en las agallas, pero no más abajo en el aparato digestivo, lo que apunta a una muerte instantánea.

Los huesos de esos peces no muestran alteración geoquímica alguna, y los autores del estudio los sometieron a análisis en el Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón (ESRF).

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