Así se construyó la exposición...
Un orfebre de Granada, un escultor asturiano y tres artistas leoneses, entre otros, fabricaron algunas de las réplicas y personajes más sugerentes de la exhibición
La elaboración de las piezas reclamó la mano de expertos.
No sólo hay paneles informativos, textos históricos e imágenes atrayentes. En Raíces. El legado de un Reino hay también mucho arte y mucha artesanía. Los organizadores han echado mano de expertos orfebres y de pintores, modelistas e ilustradores para dar forma y poner cara a algunas de las réplicas que más llaman la atención y a los personajes que encarnan a las gentes protagonistas de aquel reino que fue origen de tantas cosas. Y así, por ejemplo, es necesario destacar los deliciosos árboles genealógicos de la sala IV, pintados directamente en el muro, fruto tanto del conocimiento de Margarita Torres como de la creatividad de los artistas leoneses Graciela Fernández, María Odile y Óscar Rubio.
Las figuras de la embajada califal responden a la ambientación histórica escrita por Manuel Carriedo, pero también a la desinteresada colaboración de las personas anónimas que prestaron sus rostros para que el asturiano Juan Villa los modelase y María de la Luz Santos los vistiese, luciendo así en el ambiente palatino recreado por Begoña Rodríguez, a quien debemos también las réplicas de piezas de marfil partiendo de modelos tridimensionales obtenidos por medios electrónicos directamente de las piezas originales, escaneado realizado por la Fundación ITMA. Las réplicas -"asombrosamente fieles-" del cáliz y la patena que se exponen en Palat del Rey, fueron ejecutadas por Rafael Moreno, un genial orfebre granadino que removió Roma con Santiago para encontrar un hilo de oro tan fino como el que presenta la joya isidoriana. Todo es fruto, pues, de una intensa labor en equipo: la asesoría histórica es de Margarita Torres-Sevilla; la documentación, de Carlos Álvarez; los audiovisuales, de Imagen Mas; y el taller infantil, de Vía Ele Comunicación.