Diario de León

«Las chicas no se ven como bomberas»

Ana María Álvarez Cuesta no pudo cumplir su sueño de ser bombera en el parque de León después de tres intentos.

Ana María Álvarez Cuesta, frente al Parque de Bomberos de León.

Ana María Álvarez Cuesta, frente al Parque de Bomberos de León.

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ana gaitero | león
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De pequeña le gustaba el fútbol y ser bombera y su madre le decía que tenía que haber nacido chico. Pero ella se siente mujer. «No soy un chicón», afirma Ana María Álvarez Cuesta. En tres ocasiones ha intentado convertirse en bombera del Ayuntamiento de León.

No ha cumplido el sueño aunque no se arrepiente del esfuerzo. La primera vez que optó a una plaza en el Parque de Bomberos de León fue en 1998. Un año antes había quedado sexta en España en las pruebas de 1.500 metros del campeonato de atletismo. Cuando empezó a prepararse para bombera «mi cuerpo cambió y me dediqué a los 3.000 metros obstáculos». Llegó a ser tercera.

«En el 98, cuando me presenté por primera vez, me llegaron a decir: no tengo nada en contra tí, pero creo que una mujer no puede desarrollar este trabajo». Las notas que le otorgaron fueron muy dispares: en una misma prueba llegó a tener un ocho y un tres.

En el 2004 afrontó de nuevo el reto y se encontró con que en una de las pruebas más duras, la de palear arena, no había baremo específico para mujeres. Impugnó las bases y le dieron la razón. A las aspirantes femeninas les dieron cinco segundos a mayores que a los hombres. «Después me caí en el salto de pies juntos, me fui para atrás». La mala suerte la dejó fuera de juego porque la prueba «más difícil y la más descompensada son los 1.500 metros», afirma.

Los hombres tienen que correr esta distancia en un máximo de 5 minutos y las mujeres en 5 minutos y 15 segundos, cuando en la competición de élite —alega— «la diferencia ya es de medio minuto».

En su opinión, «no hay mujeres en los cuerpos civiles de bomberos de León y Ponferrada porque las pruebas son muy difíciles y porque además somos muy pocas las que nos presentamos: las chicas no se ven como bomberas».

«Yo he luchado mucho porque me atrae, es algo que me gusta y pienso que se puede dar bien. Pero ha sido una lucha muy espaciada en el tiempo», añade. Un empeño en el que el apoyo de su entrenador, que se ha convertido en su amigo, ha sido fundamental. «Sin la ayuda de Ricardo García Cuervo no hubiera podido afrontarlo», añade. En el mismo grupo que ella entrenaban otros cinco chicos. Tres son bomberos.

Por querer ser bombera no se presentó a la oposición para chófer en la Junta, aunque ahora tiene un trabajo en la Junta como conductora de un camión de extinción de incendios. Maneja la autobomba, pero no está en la primera línea, como a ella le gustaría.

Valorada en la Junta

Sin embargo, en la Junta se siente «valorada y tengo un sueldo más decente que en otro sitio». Es la única mujer que conduce un camión en el operativo de extinción de incendios. El único inconveniente es que sólo tiene trabajo del 15 de junio al 15 de octubre.

Ana María Álvarez asegura que no se arrepiente de todo el esfuerzo que ha realizado pese a no lograr su objetivo. «Por eso me presenté en el 2011, para no arrepentirme de no haberlo intentado», añade.

Ahora las 12 plazas que se convocaron siguen en el aire, pendientes de un informe del Consejo Consultivo de Castilla y León porque el Ayuntamiento de León argumenta ahora para no cubrirlas que no había consignación presupuestaria.

León cuenta con 70 bomberos para una población de 360.000 habitantes y Ponferrada 35 para una población de 150.000 por lo que la ratio es de 1 x 5.000 habitantes en León y 1x4.000 en el Bierzo, cuando la media nacional es de 1x 2.000 habitantes. Valladolid tiene 170 bomberos para 400. 000 habitante y un radio de actuación de 25 kilómetros.

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