Diario de León

Día Internacional de la Mujer

Ponferrada, donde el grito de las mujeres llena el silencio que todavía impera entre hombres

Una marea violeta de más de 3.000 personas recorre la capital berciana

Ponferrada

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Hubo mucha gente, miles de personas, pero cuando el silencio se hacía paso entre el sonido estridente de la batucada, el grito que se escuchaba era eminentemente femenino. Ayer, Ponferrada celebró el Día Internacional de la Mujer volviendo a salir a la calle, pero siguen faltando hombres y es por ellos por donde tiene que empezar el cambio. Los había, los hay y los habrá enarbolando la bandera del feminismo y gritando sin complejos —los que hoy día constriñen todavía a muchos— en defensa de la igualdad, la equidad y la justicia; pero no eran la mitad.

Un papel, el masculino, fundamental para que la mujer tenga que dejar de pelear en un contexto todavía patriarcal. Una figura, la del hombre, que no puede permanecer ajena a la lucha y por eso el manifiesto que ayer se leyó en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada concluyó con las palabras de uno. «Si el machismo perdura es porque los hombres hemos sido cómplices. Aunque no seamos acosadores, ni violadores, ni puteros, guardamos silencio cómplice», leyó la portavoz de la Plataforma Contra las Violencias Machistas del Bierzo y Laciana, Isabel Baílez, reproduciendo una frase del jurista español Octavio Salazar.

Hay conciencia pero falta concienciación y, sobre todo, acción por parte de quienes llevan la batuta de la lucha contra la violencia, el maltrato y la discriminación de la mujer. «Exigimos la reforma de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género para que contemple y no excluya a las víctimas de todo tipo de violencias machistas», recoge el manifiesto leído ayer, en el que también se exige la abolición de la prostitución, el respeto al cuerpo de la mujer, alternativas para las trabajadoras inmigrantes en situación irregular y pensiones dignas, entre otras reivindicaciones de justicia social, económica, política y hasta divina.

Qué reclaman

Reformas legales, abolición de la prostitución, respeto a cuerpo de la mujer y alternativas para migrantes

Da igual grandes que pequeñas, trabajadoras, amas de casa o estudiantes; todas tienen claro que pese a que el aire ya entra por la ventana, la puerta de la igualdad plena todavía está candada. Lo dijo una ponferradina cargada de experiencia que ha tenido que soportar la discriminación en su puesto de trabajo y se ha esforzado en educar a sus hijos alejados del machismo. «A determinados hombres todavía les cuesta aceptar que hay mujeres inteligentes, listas, capaces de salir adelante por sí mismas», denunció.

Lo dijo también una adolescente que, con solo 16 años, ha tenido que enfrentarse a «varias experiencias machistas». «Señores que te silban por calle como si fueras un perro, gente que te dice guarradas o que para el coche para decir cualquier tontería», relató.

Y así, con estos testimonios se vuelve al punto de partida. A la necesidad de que el hombre cambie el chip y deje de creer en una superioridad inexistente, porque por mucho que peleen las mujeres, la otra mitad de la población tiene que poner de su parte. «Ya no vale mirar para otro lado. Necesitamos que desaparezca el silencio que os hace cómplices de un sistema que sustenta la supervivencia de actitudes machistas a las que nos enfrentamos cotidianamente». Con estas palabras concluyó la proclama que puso fin a la manifestación celebrada ayer en Ponferrada. Una convocatoria a la que acudieron más de 3.000 personas.

Porque ayer, cuando el silencio se hizo paso entre el sonido estridente de la batucada que encabezaba la marcha en Ponferrada, se escuchó el silencio de los hombres y también de las mujeres que ya no pueden gritar porque han sido asesinadas por quienes eran o fueron sus parejas, por violadores o criminales con los que tuvieron la mala suerte de cruzarse en sus caminos.

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