Diario de León

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El Bierzo tendrá en febrero el resultado del ensayo de reproducción de Torymus

Del éxito de la prueba dependerá la puesta en marcha de un centro de multiplicación propio

Un castaño afectado por la avispilla, en una imagen de archivo. ANA F BARREDO

Un castaño afectado por la avispilla, en una imagen de archivo. ANA F BARREDO

Ponferrada

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La Mesa del Castaño del Bierzo tendrá, a principios de 2022, los primeros resultados del proyecto de ensayo para la reproducción del Torymus sinensis que inició hace un par de años, en el marco del plan de lucha contra la avispilla, con la idea de crear un centro de multiplicación de este parasitoide que no solo permitiría ahorrar costes al evitar las importaciones de Francia y/o Italia, sino también abrir una nueva línea de negocio dentro del sector de la castañicultura de la comarca.

Las pruebas se están realizando en dos áreas acotadas en los municipios de Borrenes y Folgoso de la Ribera, seleccionadas por el alto nivel de infección de avispilla, que es de lo que se alimenta exclusivamente el Torymus . Además, se han tenido en cuenta valores como el estado fenológico de los sotos y las variables ambientales, monitorizadas gracias al apoyo tecnológico de la Universidad de León (ULE). «Estamos utilizando sensores para hacer un registro continuo de las condiciones de temperatura y humedad, que también son importantes para controlar la reproducción del parasitoide y su sincronización con la avispilla», explicó el secretario de la Mesa del Castaño del Bierzo, Roberto Rubio.

Nueva idea de negocio

El centro evitaría tener que importar de Francia e Italia, reduciría costes y generaría nuevos ingresos

Las sueltas de Torymus sinensis en estas dos áreas de ensayo comenzaron al mismo tiempo que las inoculaciones generales, pero el procedimiento es diferente, sobre todo por la intensidad. «Es mucho mayor que en un lugar de sueltas habitual», explicó Rubio. Se lleva a cabo de una manera «más forzada para asegurarnos los resultados. Juntamos los parasitoides en una rama y se hacen embolsamientos para favorecer su reproducción», ahondó. Las sueltas se realizan en dos tiempos diferentes con una separación de entre dos y tres semanas, siempre en la misma rama, con las mismas condiciones y a la misma hora, para ir a seguro. Las primeras conclusiones de este trabajo se conocerán el próximo mes de febrero.

«Entre enero y febrero vamos a recoger las agallas de los castaños inoculados con Torymus sinensis y veremos, por un lado, cuál es el nivel de parasitismo sobre la avispilla y, por otro, la tasa de reproducción. De lo primero depende el éxito del control biológico y de lo segundo, el futuro del proyecto de reproducción que hemos iniciado. Aspiramos a que se reproduzca lo máximo posible», aseguró el secretario de la Mesa del Castaño.

Las ventajas

Contar con un centro reproductor del principal enemigo biológico de la avispilla del castaño es un reto, pionero además en España, que evitaría la dependencia de las importaciones desde Francia e Italia. Actualmente, se están pagando 190 euros por dosis de Torymus y cada una tiene unos 190 individuos. La reproducción en el Bierzo reduciría ese gasto al abaratar los costes y permitirá ganar efectividad, porque «los Torymus producidos aquí tienen mayor sincronización con la avispilla», apuntó Roberto Rubio.

Así mismo, la venta de las dosis creadas en el Bierzo a otras zonas productoras permitiría generar un nuevo nicho de negocio en torno al castaño y «puede ser un punto de partida dentro de la profesionalización del sector», subrayó Rubio. Hay que tener en cuenta que el proceso de control biológico de la avispilla tiene una duración estimada de entre seis y siete años hasta que da resultados y más allá de este plazo, habrá que hacer sueltas de refresco.

Si bien en España, concretamente en Galicia, hay alguna iniciativa que sigue la misma línea que la que se está llevando a cabo en el Bierzo, «no con nuestro nivel de detalle», expresó el experto. En este proyecto abanderado por la Mesa del Castaño, también colaboran la Universidad de León y la Fundación Cesefor colaboran, con apoyo técnico y científico, y la Junta de Castilla y León.

Actualmente, el cien por cien de la superficie del Bierzo tiene afección por avispilla en mayor o menor medida, pero también «se empiezan a vislumbrar los primeros resultados de las sueltas de Torymus sinensis que hemos realizado», aseguró Roberto Rubio.

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