«Si no cae un meteorito o vienen zombies, este verano va a ser muy emocionante»

Dicen los Lori Meyers en Punk (la canción con la abrieron la puerta de Espacios infinitos ) que «cualquier tiempo pasado fue mejor», pero más de 20 años después de sus primeros acordes, la banda sigue dando de qué hablar y de qué manera. La evolución es la clave y en su último disco se nota más que nunca. Han vuelto a lo grande con una gira cargada de festivales, incluido el Planeta Sound de Ponferrada, en julio. Los Lori son los cabeza de cartel y le tienen ganas a un Bierzo en el que nunca han tocado. «Me voy a poner las pilas, empezando por lo que se puede comer», dice Noni.

—¿Cómo ha sido lo de crear un disco en plena fase dura de la pandemia?

—Un poco extraño, sobre todo porque el disco lo estábamos haciendo de manera telemática junto con James Bagshaw. Mandábamos las pistas que hacíamos aquí en Granada y él nos las devolvía regrabadas con sus incorporaciones. Así estuvimos con la parte musical casi todo el periodo pandémico. Y como la pandemia no iba a mejor, decidimos esperar un poco para avanzar, porque Lori Meyers es un grupo de directo y esperamos el momento en el que podíamos salir a tocar. Entonces, las voces las hicimos en enero del año pasado, que fue cuando empezaron los terremotos aquí en Granada. Así que ha sido un disco con de todo.

—El disco refleja los altibajos emocionales que hemos vivido en este tiempo, con una parte más cañera y otra más tranquila, canciones optimistas y otras no tanto.

—Sí, tiene que ver mucho con la pandemia y con este carrusel de emociones que hemos vivido. Ha sido un poco como una película de ciencia ficción y todo eso se refleja en los argumentos de las letras y en los estados de ánimo. Yo creo que la canción que resume más todo esos momentos es Fatiga pandémica, que es cuando ya estábamos todos un poco hartos.

—Irrumpisteis con ‘Punk’, una crítica al postureo musical.

— Sí, es una autocrítica también hacia nosotros mismos y no lo pienso yo tampoco. Es verdad que siempre llega un momento en el que dices ¡uf! no va a salir ningún grupo como los Billy Boys o algo así (risas), pero luego me gusta lo que hay nuevo. El mundo está cambiando, hay que adaptarse, las redes sociales están ahí y todos somos un poco postureo.

—¿Cómo está siendo la vuelta?

— Frenética, porque como todo el mundo quiere salir hay embudo. Habrá muchos eventos, muchos artistas y se ven muchas ganas. Hace unos días estuvimos tocando en la Sala Barts de Barcelona y ha sido una de las noches más fuertes que he vivido con respecto al público. Y eso seguro que tiene que ver con qué tenían muchísimas ganas. Ya no puedes decirle más al ser humano que no se divierta y si no pasa nada más malo, si no cae un meteorito o vienen los zombis, realmente pienso que este verano va a ser muy emocionante.

—Vosotros habéis vuelto con fuerza, pero otros muchos se han quedado por el camino.

— Claro, piensa en grupos más medianos o pequeños que hicieron la inversión antes de la pandemia y se les cayó todo. Si no hay dinero o estás empezando es imposible. Lori se pudo mantener porque llevamos ya 20 años y su empresa, porque Lori Meyers es una SL, va guardando dinero para cuando tiene que empezar otra gira; pero, vamos, que todo el mundo lo estábamos pasando ya mal económicamente.

—Venís a Ponferrada por primer vez como cabeza de un cartel en el que también está Sidonie, que tiene una canción (Carreteras infinitas) que dice «Que ahora toquen Lori Meyers que tengo ganas de bailar». No hace falta decir más.

— Miedo me da compartir noche con Sidonie si coincide que estemos juntos, no sé lo que podríamos liar (risas). La última vez que nos vimos fue en Medellín, en Colombia, hace mucho. Así que tengo muchas ganas de verlos, son colegas de siempre, desde que empezamos.

—¿Qué se va a encontrar la gente en el Planeta Sound?

—Vamos a intentar hacer lo máximo que podamos del disco, pero también hay que comprender que un festival es un momento festivo, un momento de playlist como le llamo yo; entonces también tendremos que meter los éxitos de Lori de siempre.

—Un festival no solo es una plataforma de lanzamiento para muchos grupos, sino una oportunidad para los lugares en los que se hace, sobre todo si son pequeños

—Desde luego. En cuanto a las nuevas bandas, yo creo que ahora mismo es algo esencial. El festival puede ser una plataforma si se te da bien ese tipo de formato. Y lo que dices de los lugares, totalmente de acuerdo. Un festival que es muy Lori, que siempre hacíamos, es el Contempopránea de Alburquerque, un pueblo super pequeñito al que esa gente no iba a ir en la vida si no fuera por el festival. Recuerdo que lo mejor era que a las seis o siete de la mañana, todo el pueblo estaba ayudando a recoger, quitando la basura. Todos unidos para que al día siguiente estuviera todo bien. ¡Claro que un festival atrae mucho turismo! Esos días son un fuente de ingresos para la hostelería, los hoteles y para todo tipo de servicios.

—¿Hasta cuándo seguiréis contando canciones y cantando historias?

—En lo musical, mientras me sigan saliendo canciones. No sé si buenas o malas, pero me salen; entonces quiero seguir diciendo algo. Lo que no podríamos hacer Alejandro, Alfredo y yo, que somos una pirámide, es no soportarnos en un escenario, porque sería una tortura. Y si llegara un momento en el que yo les dijera que no me salen canciones para Lori o que quiero probar otras cosas, ellos seguro que lo iban a comprender. Somos amigos y somos músicos.