Ciento veintinueve días en Irak

«Seguro que volveré a Irak, no tengo ningún problema», decía ayer el cabo primero Emilio García Aldonza a los pies del árbol de Navidad de su domicilio familiar en Ponferrada, a donde regresó a finales de diciembre con el primer contingente relevado de la Brigada Plus Ultra y después de permanecer 129 días en la Base España de Diwaniya. Aldonza, que tiene 25 años y en febrero se reincorporará a la Brigada Paracaidista en Alcalá de Henares, sabe que su labor en el Ejército le puede llevar en los próximos meses de vuelta al avispero. Militar de profesión desde 1996, Aldonza ha estado destinado en la unidad de transmisiones de la brigada Plus Ultra durante cuatro meses. Su labor en Diwaniya ha consistido en la reconstrucción de un cuartel militar que destrozado durante la primera guerra del Golfo, en 1991, y mantener el enlace con España, vía satélite, con el objetivo de establecer una zona de seguridad para los soldados españoles. «Es una experiencia distinta a lo que había vivido hasta el momento, había que tener mucho cuidado, pero la gente estaba contenta con nosotros, según nos decían los intérpretes, que eran los que tenían realmente contacto con la población civil. Al llegar allí nos encontramos todo destrozado y tuvimos que reconstruir», cuenta Emilio García, que apenas salía de Base España para reparar cabinas telefónicas, pero tuvo ocasión de conocer parajes como el de las milenarias ruinas de Babilonia o el interior de alguno de los lujosos palacios de Sadam. Y también de conocer, de primera mano, la muerte de los siete miembros del servicio de inteligencia. «Hubo mucho desconcierto hasta que supimos lo sucedido, pero no tengo problema en volver», recalca.