Diario de León

El sueño del Bierzo

La ‘ciuden’ asturiana entra en los planes europeos de captura de CO2

Investigadores del antiguo Instituto del Carbón participarán en estudios para la gran industria

Instalaciones de Ciuden en Compostilla, en una imagen de archivo. L. DE LA MATA

Instalaciones de Ciuden en Compostilla, en una imagen de archivo. L. DE LA MATA

Ponferrada

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El sueño del Bierzo, con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, de convertir a la Ciuden en la vanguardia de la investigación europea sobre la captura del CO2 queda lejos, aunque está claro que era una iniciativa con gran futuro a medio y largo plazo.

Asturias, que también quería liderar la investigación por su tradición minera, ha logrado al final entrar en uno de los estudios mas ambiciosos que se van a llevar a cabo en Europa mientras la Ciuden se ha reconvertido en una institución con otros fines, con la Térmica Cultural en Compostilla como gran apuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez después de que el PP de Mariano Rajoy redujera su presupuesto a la mínima expresión.

Será un equipo de investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar) con sede en Oviedo —el antiguo Instituto del Carbón , gran ‘competidor’ de la Ciuden berciana— y el objetivo es reducir las emisiones de efecto invernadero de uno de los sectores industriales más contaminantes, el del hierro y el acero. El denominado proyecto C4U está financiado con 13,8 millones de euros por el programa Horizonte 2020 de la UE y será coordinado por el University College de Londres.

La participación asturiana está encabezada por el investigador Carlos Abanades. «Intentamos descarbonizar lo no descarbonizable», resume este miembro del ahora conocido como Incar, en una nota de prensa distribuida desde el CSIC.

Financiación de la UE
El denominado proyecto C4U se centrará en las emisiones de las fábricas del hierro y el acero

Industrias como el cemento, la caliza o la cerámica, la producción de metales (acero, hierro) o el sector químico que produce productos con contenido de carbono serán objeto de ese estudio. «Son sectores que necesitan emitir CO2 para existir, o que necesitan carbono para obtener sus productos químicos, que luego se descomponen y generan CO2, como los fertilizantes o los polímeros. Las emisiones asociadas a procesos industriales representan el 20% de las emisiones actuales», explica Abanades.

También las futuras redes eléctricas alimentadas con energías renovables necesitarán servicios de apoyo, almacenaje y transporte que probablemente tendrán que recurrir a las ventajas que ofrecen los combustibles fósiles, como su alta densidad energética y su bajo coste de almacenaje y transporte.

La institución berciana
Hace tiempo que Ciuden abandonó los proyectos; ahora su reto es la Térmica Cultural de Compostilla

El proyecto asturiano es crucial si se quieren alcanzar los objetivos del Acuerdo de París de 2015 (limitar el calentamiento global a menos de 1,5ºC a finales del siglo XXI, para lo que se requieren cero emisiones de CO2 o incluso extracción neta de carbono de la atmósfera hacia 2050), puesto que un modelo energético basado al 100% en energías renovables no parece factible, según recuerda el consenso de los científicos.

El proyecto C4U, en el que trabaja el equipo de investigadores asturianos combina dos tecnologías. «Se trata de transformar un gas combustible empleado en la producción de acero, con un alto contenido en monóxido de carbono y dióxido de carbono, en un gas rico en hidrógeno, libre de carbonato», detalla Abanades. De esta forma, el gas de efecto invernadero generado en la producción del acero se purifica y se puede reutilizar, como hidrógeno, en el almacenamiento de energía o en la generación de combustible renovable. El proyecto C4U trabaja con el objetivo de aplicar esta tecnología en un clúster o agrupación de industrias del metal (acero) situado en Amberes (Bélgica).

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