La adaptación a la nueva Ley de Caza, en clave positiva tras siete meses de desarrollo
La Ley de Caza, que estrenaba modificaciones y nuevos puntos justo con el inicio de la media veda en Castilla y León el 15 de agosto, consumió sus primeros meses con la adaptación progresiva por parte de los cazadores y demás actores dentro de la actividad cinegética.
Su estreno estuvo acompañado con incertidumbre por parte de los aficionados a la caza aunque poco a poco esas reticencias fueron pasando a un segundo plano para desembocar en una situación normalizada. Bien es cierto que algunos cazadores han esgrimido la necesidad de realizar varios cambios, algo que no está descartado aunque habrá que esperar algo de tiempo más para realizar valoraciones más exhaustivas. Al menos en la media veda y posteriormente en la temporada de caza menor la valoración ha sido más que aceptable.
Entre las novedades de la nueva Ley de Caza había que destacar el hecho de que la clásica tarjeta de socio o de afiliación al coto deberá incorporar una serie de elementos clave, como la información sobre especies objeto de caza, modalidades que se pueden practicar para cada especie, cupos diarios y número de jornadas de caza objeto de autorización.
En definitiva, esta autorización significa que el titular cinegético ha informado al cazador de las condiciones en que puede practicar la actividad conforme al plan cinegético correspondiente, puesto que este documento de planificación, tal y como establece la ley, es el instrumento que rige la gestión de los cotos con el objeto de asegurar el aprovechamiento sostenible y ordenado de las especies cinegéticas que los pueblan a escala local.
Otra de las novedades era que en términos generales no se puede cazar tres días consecutivos sobre las mismas especies, salvo que el plan cinegético lo contemple. Además, el artículo 65 de la nueva Ley de Caza establece el registro de capturas como un sistema de obligado cumplimiento tanto por el cazador como por el titular cinegético.