Diario de León

Fútbol | Eurocopa

Choque de trenes en Wembley

Inglaterra y Alemania, dos de las candidatas al título, se verán las caras en Londres con los germanos con la historia a su favor En juego estará el pase para los cuartos

Goretzka celebra su gol a Hungría en el partido que Alemania empató en la última jornada. TUTTAS

Goretzka celebra su gol a Hungría en el partido que Alemania empató en la última jornada. TUTTAS

Publicado por
Íñigo Gurruchaga
León

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El ánimo de los aficionados ingleses en la noche del miércoles, esperando el desenlace en el grupo de la muerte, recordaba a la sintonía de una vieja serie de TVE, ‘Tres eran tres’. «Tres eran tres y ninguna era buena», cantaban Vainica Doble. O Alemania, o Francia, o Portugal. El gol in extremis de Goretzka en Múnich borró el sueño de enfrentarse en dieciseisavos a Hungría. «Es de nuevo Alemania en Wembley», dijo con una voz sin alegría el comentarista de la BBC. Klinsman, que fue estrella del Tottenham, desplegaba su diplomacia jovial en otro canal. La calidad de los jugadores alemanes e ingleses es muy similar, decía. Ambas selecciones no han desplegado sus mejores virtudes en la fase de grupo. En el choque del martes hay un 50-50 de posibilidades de victoria y podría resolverse... «¡Con penaltis!», exclamaron horrorizados sus contertulios ingleses.

1990. Estadio Olímpico de Roma. Alemania e Inglaterra disputan la semifinal de la Copa del Mundo. Las escuadras de Beckenbauer y Robson empatan 1-1 en un duelo emocionante. Paul Gascoigne, genio inglés, llora como un niño cuando el árbitro le enseña la amarilla que le impediría jugar la final. Llega la tanda de penaltis. El héroe que nunca sonríe Stuart Pearce, ‘Psycho’, defensa zurdo conocido por su fiereza en el ‘tackle’ y su lealtad a club y patria, lanza el cuarto penalti con fuerza, raso y al centro de la portería. El balón rebota en los pies del largo Bodo Illgner, estirado a su derecha. El héroe inglés que nunca sonríe y adora la música ‘punk’ ha temblado. Nadie recordará que Chris Waddle, con peinado de pop ‘nuevo romántico’ , tiró a las nubes el quinto.

1996. Wembley. La Inglaterra de Terry Venables ha eliminado en cuartos a la España de Javier Clemente con ayuda del árbitro y en los penaltis. Pearce lanza el suyo fuerte, a la izquierda de Zubizarreta. Da puñetazos al aire y grita a la grada su redención. Les espera en semifinales del Euro96 la Alemania de Bertie Vogts. La última victoria inglesa en torneos internacionales fue en este estadio, contra el mismo rival, hacía treinta años.

Si aquella victoria en la Copa del Mundo de 1966 será siempre recordada por el gol fantasma que un linier ruso dio a los ingleses en la prórroga, esta semifinal es el anticipo de gloria en una competición que tiene un himno con estribillo alegre y pegadizo: «El fútbol regresa a su casa».

De nuevo 1-1, prórroga, penaltis. Esta vez, 5-5. Pearce marca el suyo y esta vez sobriamente levanta el pulgar hacia la grada.

El primer inglés en la lista de los que no son especialistas es un joven defensa del Aston Villa que despliega su inteligencia en el campo de juego y en sus entrevistas. Southgate lanza un penalti blando, raso, a la derecha. Kopke lo adivina y lo rechaza. El capitán alemán, Moller, bate a David Seaman con un chut fuerte y alto.

El balance es que, en los dos partidos en los que Inglaterra estuvo cerca de llevarse un gran trofeo a la casa del fútbol desde 1966, los alemanes marcaron todos sus penaltis. Desde entonces, ingleses y alemanes han jugado 24 partidos. Inglaterra ha ganado cuatro. Perdió contra Alemania en el partido de despedida del viejo Wembley y en el nuevo ha cosechado dos derrotas y un empate.

Pero los registros históricos no predicen nada en los partidos y la cita del martes entre la Inglaterra de Southgate y la Alemania de Joachim Löw es una página en blanco por escribir.

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