Agentes financieros cubren el hueco de las oficinas bancarias cerradas
josé MARÍA CAMARERO | MADRID
En la última década, los bancos se han despojado de un tercio de sus plantillas (en 2018 había 187.182 trabajadores, unos 100.000 menos que en 2008); y han cerrado casi la mitad de sus sucursales (25.759 sucursales al finalizar 2018 frente a las 46.000 que había justo antes de la caída de Lehman Brothers). Las quejas en los municipios que se han ido quedando sin servicios bancarios han aumentado sobre todo en los últimos años; y algunas entidades han aprovechado una figura, la del agente financiero, para cubrir parte de los huecos que esos mismos grupos han ido dejando a lo largo de toda la geografía.
De los más de 10.000 profesionales bancarios autónomos que tenía la banca hasta el año pasado, según los cálculos agregados del sector, una parte hacen las veces de banco en localidades o puntos de las ciudades que se han quedado sin oficina. No toda la red sirve para esta labor, pero sí ha supuesto una alternativa con la que las entidades se aseguran la prestación de servicios financieros a sus clientes con la ventaja de que el agente financiero es autónomo; esto es, no forma parte de la plantilla, ni implica las cargas sociales y todas las fiscales que tendría un empleado en plantilla.
Más detalles
Algunas de las corporaciones que han protagonizado reestructuraciones son las que también se están valiendo de esta figura para no desaparecer de determinados mapas. Así lo explican en el Santander, con unos 800 agentes en total, donde apuntan que en un momento de cambios en la red de oficinas como el actual (el ERE del banco ha clausurado un millar de sucursales dentro de la estrategia desarrollada tras la adquisición del Popular) la de los agentes financieros es «una forma de seguir ofreciendo servicios en aquellos lugares donde no ha una oficina física», aseguran.
También firmas como Liberbank están aumentado el número de agentes para tapar los huecos del cierre de sucursales que, en el caso de las cajas de Asturias, Cantabria, Extremadura o Castilla La Mancha, es más relevante en zonas rurales. La entidad tiene abiertas 190 oficinas de agentes, una opción operativa que también se ofrece a parte de los trabajadores afectados por las salidas.
En esa misma línea, desde Unicaja explican que, aunque vienen contando tradicionalmente con esta red de profesionales, con ellos ahora se «garantiza la presencia de la entidad en pequeños municipios», donde sigue prestando servicio a sus habitantes de forma presencial. «Así se contribuye a evitar la exclusión financiera en estos núcleos de población», indican en el grupo.