De Guindos ya no aprecia en España «miedo» a perder el puesto de trabajo
El ministro de Economía defiende, discutido desde la oposición, que la realidad económica ha cambiado .
«En España ya no existe miedo a perder el puesto de trabajo». Al menos, es lo que estima el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien intentó defender de esta forma -discutida desde la oposición por, a su juicio, «no ajustarse a la realidad»- que la realidad económica ha cambiado claramente en el país, tras alcanzar unas tasas de crecimiento «relativamente elevadas».
En opinión del ministro, la desaparición de los temores laborales que había «en los dos o tres últimos años», permitirá reactivar el consumo y la inversión que estaban «comprimidos». No obstante, en declaraciones a la SER, De Guindos admitió que todavía no se ha dicho adiós a la crisis.
Su mensaje, en cualquier caso, fue de optimismo. Así, insistió en la «notable» creación de empleo anunciada por él mismo a principios de diciembre: entre 2014 y 2015 habrá 800.000 nuevos puestos de trabajo -en otoño, con la última actualización presupuestaria, preveía que serían 620.000-, estimación que usó para afirmar que el año recién concluido ha sido de «recuperación real».
Por eso, ya en clave electoral y con la vista puesta en los próximos comicios durante 2015 (locales, autonómicos y generales) dijo confiar en que «la sociedad española es sabia y sabrá valorar las bases puestas para no caer en los errores del pasado». Y en referencia a Podemos, señaló que es consecuencia de la crisis «más larga y profunda de la historia» y de una corrupción que, «en muchas ocasiones, viene del pasado».
Precisamente respecto al llamado caso Bankia afirmó que su salida a bolsa fue «un error» y apuntó que si los reguladores (Banco de España y CNMV) hubieran querido este proceso nunca se hubiera llevado a cabo. «En estos momentos», no obstante, «es una de las entidades financieras más saneadas», añadió.
Respecto a su posible marcha para ponerse al frente del Eurogrupo, ha destacado que con cuatro años en España ya ha tenido una experiencia «suficientemente intensa» y ha recordado que en algunas subastas tuvo que coger el teléfono «porque no entraba ni un solo euro».